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Segundo tiro por la culata

Al señor Meca, representante de Podemos, le ha salido el tiro por la culata en el “asunto Polo”. Querían seguir con el circo sin importarle el daño que se le pueda estar infligiendo a este funcionario que fue simplemente destituido de la Jefatura de la oficina del Plan Insular de Ordenación del Territorio a su plaza natural en el Cabildo. Y decimos que por atacar a Pedro San Gines se le está haciendo un flaco favor trabajador, porque a él sólito le sobra y le basta para defenderse ante la Justicia si como él cree ha sido ilegal la decisión presidencial. De hecho, juristas consultados anuncian que hay muchas posibilidades de que los tribunales puedan darle la razón a Leopoldo Díaz. Entendemos que la utilización torticera de Meca (José Juan Cruz al menos no ha querido meter más leña al fuego con este asunto) para dejar en evidencia al presidente del Cabildo le ha salido por la culata al no conseguir que prosperara su moción solicitando la restitución del funcionario a su anterior cargo. Once consejeros, entre ellos lo que hoy están en la oposición el PP, Ciudadano y Nueva Canarias, no votarón a favor de esa propuesta. Y lo hicieron porque saben que este no es un asunto de pleno, que es una competencia única y exclusivamente del presidente del Cabildo y que aunque hubiera salido adelante la moción no tendría efecto alguno.  Por lo tanto es el segundo tiro errado contra el presidente del Cabildo. El otro fue cuando solicitó el montante que había cobrado un determinado abogado cercano a Pedro San Gines y resultó que fue su padre y el despacho de Agustín Domingo Acosta (hermano y propietario del grupo La Voz) quiénes habían cobrado con diferencia más dinero de la institución. Ya le han salido dos tiros por la culata al señor Meca. Ya sólo le falta que se lo tire a su propio pee. Tal y como está obsesionado contra Pedro San Gines, auguramos que será dentro de muy poco.

El precio que hay que pagar


Ha extrañado la virulencia con la que algunos representantes políticos espoleados por las “urracas del Reducto” se han tomado el asunto de la incautación de la planta desaladora del Plan Parcial Montaña Rojas. Si no fuera porque todo el mundo sabe que se trata una estrategia del grupo que se han jurado “cargarse a Pedro San Gines” de la presidencia del Cabildo por intereses espurios e inconfesables, sería de locos. Nos parece bien que se pueda cuestionar las formas de la incautación, hay opiniones para todos los gustos, pero pocas de que en el fondo de la cuestión el Cabildo de Lanzarote tiene la razón. Se producía y se vendía agua a terceros y hay un expediente donde se habla de graves faltas contra el medioambiente. Por lo tanto, nos parece razonable que Club Lanzarote, propietaria de Montaña Roja, defienda sus intereses (nosotros hubiéramos hecho lo mismo), pero ¿qué interés tiene ese grupo, que siempre ha defendido la gestión pública del agua, en tratar de hacer creer que se ha cometido el crimen del siglo?. Pues no es otro interés que intentar mellar la figura de Pedro San Gines, que ha sido el único político de Lanzarote que ha tenido los arrestos de enfrentarse a esas fuerzas del mal que progresan “a costa” del interés general y sobre todo de las arcas públicas. No hay otras razones que la de “echar” del sillón a quien les ha cortado la manguera que antes suministraba grandes cantidades dinerarias. Y encima, el presidente del Cabildo no sólo no ha aceptado los chantajes, sino que además lo ha denunciado públicamente por primera vez en Lanzarote. Y eso tiene un alto precio. El precio de romper amarras de la “mafia verde” es su salida del Cabildo ya sea con pistolas como intentó Tejero. Lo peor es que algunos partidos nuevos siguen empleando las mismas y viejas estrategias de antaño. Otros simplemente hacen de mamporreros cuando no de bobos útiles de las “urracas del Reducto”. En fin, que da grima ver a la estupidez organizada desatada contra Pedro San Gines, que no es una hermanita de la caridad, pero tampoco ha cometido un crimen.

El misterioso “bichito” de Nazaret


Todavía nadie sabe dar una explicación creíble sobre cómo se metió el “bichito”, la bacteria que contaminó el agua de abasto de Nazaret y Las Cabreras. Una “crisis” que, por mal gestionada, creó una alarma y unos contratiempos no deseables, según Oswaldo Betancort. Sea como fuere, lo cierto es que hay muchas incógnitas por despejar en esta noticia que dejó a 2.000 mil personas con el miedo en el cuerpo. Sin duda, visto lo visto, hubo exceso de celo por Salud Pública, pero se puede entender que si una bacteria de esas se detecta en la red es lógico que todo el mundo trate de salvar su trasero por si acaso. Y nos parece bien. Lo que no nos parece bien es que Salud Pública no acierte a dar una explicación de lo que pudo suceder. Canal Gestión dijo por activa y por pasiva que para ellos nunca ha habido contaminación, al menos no hay constancia en sus análisis. Así las cosas, algunos están ya pensando mal.¿ Un boicot? ¿Alguien interesado en mezclar este caso con la incautación? En fin, que no estaría de más que la Justicia o la policía actuara e investigará cómo se hicieron esos análisis. No se puede correr un tupido velo cuando se ha hecho tanto daño.

 

Pinchar en carne


Algunos creen que han pinchado en carne con el asunto de la incautación del complejo de desalación y depuración de aguas en el Plan Montaña Roja, propiedad de Club Lanzarote. Creen que, por fin, han conseguido el objetivo de cargarse a Pedro San Gines y obligarle a abandonar la presidencia del Cabildo. Ya aquí habíamos señalado en varias ocasiones que un sector del PSOE que controla el famoso despacho de la Plazuela, y las urracas de El Reducto tenían diseñada la estrategia antes de las elecciones autonómicas y locales del pasado 22 de Mayo de impedir que Pedro San Gines siguiera cuatro años más de presidente del Cabildo de Lanzarote. Pedro San Ginés ha acabado con muchas prebendas económicas que disfrutaban ese sector de la administración pública y no podían permitir que otros cuatro años la vida siguiera igual. La jugada no le salió, porque Pepe Torres falló en sus cálculos, ni se presentó Ines Rojas por Nueva Canarias, ni Nueva Canarias obtuvo tres consejeros, ni CC se quedó con cinco o seis como él calculó con sus amigos y comilitones de El Reducto. Por el contrario, ni salió él, y en Haría perdió estrepitosamente la alcaldía. Encima se le complicaba el asunto porque el famoso pacto regional obligaba al PSOE de Palarea, contra su voluntad, a pactar con Pedro San Gines y mantenerlo de presidente del Cabildo. Pero Pedro San Ginés le dio la excusa perfecta para “suspender” el pacto en el Cabildo con el caso Polo. Y así está el PSOE de Palarea urdiendo desde hace meses como sacar a Pedro San Gines de la presidencia. Cree que la imputación por haber hecho esta incautación puede ser su final y en eso están los pobres.


Incautación y sobreactuación

 

Y dicen los que saben de esto que el PSOE de Palarea y sus comilitones no van a parar hasta que Pedro San Gines tire la toalla o lo dejen KO con el asunto de la incautación de Montaña Roja. Como perros presas creen que han agarrado un hueso sabroso que puede terminar por tirar a la lona al presidente del Cabildo. Saben que es un hueso duro de roer, pero creen que a fuego lento terminaran por guisarlo, en una estrategia donde los invitados de piedra en ese convite como Somos Lanzarote, Ciudadanos y su marca “B” (el vendedor de bisutería marbellí, el mecatrefe) se prestan tontamente a hacer el trabajo sucio de este trabajo. Se podrá estar más o menos de acuerdo o no sobre la actuación del presidente del Cabildo. Incluso jurídicamente hay dudas razonables de interpretación de la legalidad entre los que creen que se actuó conforme a Ley y quienes creen todo lo contrario. En cualquier caso, si esa misma incautación de la desaladora la hubiera hecho Carlos Espino (no digamos Palarea) lo hubieran sacado bajo palio por el gran trabajo que hubieran hecho para la humanidad. Estos mismos que hoy se rasgan las vestidura de la moralidad dirían que estaban defendiendo el interes general. Que Club Lanzarote vendía el agua más cara de lo debido, de manera ilegal, que eran unos aprovechados y estafaban a los vecinos, que contaminaban la tierra, que cometían delitos medioambientales, que tiraban la salmuera a la propias alcantarrillas por la noche a escondidas y todo lo que pudieran “enfangar” a la empresa de Montaña Roja para justificar la virtual hazaña de los chicos del PSOE. Pero como en lugar del PSOE fue Pedro el que lo hizo, se sobreactúa y se presenta como el gran crimen del siglo.