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Bonanza turística y peligros

 

El año turístico en Lanzarote se cierra con cifras récord. Las tres semanas de las fiestas navideñas han sido exitosas en ocupación. Asolan habla de un 85% de ocupación media en estos 21 días, destacando el casi lleno de los hoteles, la mayoría al 100%. A eso hay que sumarle el casi lleno de los llamados apartamentos vacacionales tanto en zonas turísticas como no turísticas. Más cifras: desde el miércoles 23 de diciembre hasta el 7 de enero el aeropuerto de Guacimeta se registró un movimiento de casi 2200 operaciones entre aterrizajes y despegues, el domingo 27 y el domingo 4 de enero casi 200 operaciones por cada día. Mejor imposible. El Turismo ha amortiguado los efectos devastadores de la crisis global en Lanzarote. Por decirlo de otra manera más gráfica: si no hubiera funcionado el Turismo en los últimos años hoy nos estaríamos comiendo unos a otros en la isla. Por eso se entiende poco (nosotros diríamos que nada) que todavía las administraciones públicas y los políticos que viven de ellas no comprendan en toda su extensión la necesidad que tiene Lanzarote de dar facilidades al promotor para que invierta en renovación. Lanzarote, si no fuera por la planta hotelera de Playa Blanca y algunos complejos reconvertidos recientemente en Puerto del Carmen y Costa Teguise, sería un destino obsoleto. Por eso, chirría que en Puerto del Carmen sigan pidiendo, casi de favor, los promotores de dos hoteles emblemáticos como el Hotel Fariones y el Hotel San Antonio, además del Lanzarote Sol, el visto bueno para poder acometer la renovación. Eso no sólo generaría puestos de trabajos en el sector de la construcción y comercio, sino que elevaría el valor de esa zona turística.

 

No basta sólo con cambiar la ley

Sería injusto echar la culpa al alcalde de Tías por el evidente retraso que sufre el plan de renovación turística de Puerto del Carmen. Sin duda Francisco Hernández, alcalde de Tías y del PP, es el primer interesado en sacar adelante esos proyectos de renovación así como las zonas de aparcamientos que tienen acogotada a la primera zona turística que se desarrolló en Lanzarote. De hecho, Pancho Hernández reconoce que él es el primer preocupado por las demoras. El problema es que a veces esa preocupación choca con la ineficacia administrativa y la extendida cultura funcionarial de buscar más problemas a los problemas. El gobierno de Canarias a sabiendas de la importancia de sacar adelante los planes de renovación y modernización turística se ha empeñado en sacar leyes de simplificaciòn administrativa que al final se topan con las mismas piedras. La poca voluntad funcionarial o la complicación legislativa existente. Los políticos no saben como atacar el problema. Los alcaldes ya no se atreven a exigirle nada a los funcionarios que trabajan a su ritmo que es muy diferente al que necesita la iniciativa privada, los promotores y por lo tanto el interés general. Mientras un funcionario gane lo mismo informando y sacando un proyecto al año que diez, se seguirá sacando un proyecto al año o dependiendo de la buena o mala disposición del técnico de turno.Y mientras los políticos sigan recibiendo su sueldo cada mes de los impuestos que generan las empresas directa o indirectamente, este país seguirá igual de cuando ya el escritor Larra escribió en el siglo XIX el conocido “vuelva usted mañana”. No es un problema sólo de leyes o de funcionarios. Es un problema de concepción de la economía. De cómo ha cambiado las reglas económicas en los últimos diez años donde se necesita rapidez, gente entregada, políticos ambiciosos y seguimos funcionado con la mentalidad de hace un siglo.

 

Tiempo perdido

No digamos el tiempo perdido en falsos debates que han empobrecido la isla. O la reticencia ridículas que todavía muchos ponen a las inversiones en ocio complementario y deportivo que nos hace menos competitivos. Muchos mercachifles creen que se puede seguir viviendo del Turismo y del cuento incluso haciendo las cosas mal, no mejorando el negocio, no siendo más competitivos. No se dan cuentan que tenemos que tener un destino moderno y competitivo para los próximos 15 años y que hay que aprovechar la bonanza turística que vive Canarias para posicionarnos lo mejor posible de cara al futuro próximo. Pero nos da que tendremos que seguir aguantando improperios de gente que, por ejemplo, ha iniciado una cruzada contra el Rancho Téxas porque quiere realizar un acuario de delfines o contra el museo subacuático del Cabildo que aportaran ese plus de ocio y entretenimiento que necesita todo destino turístico que se precie.

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