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Reto demográfico: actuar o mirar para otro lado

Por Román Rodríguez

  • Lancelot Digital
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    El modo de hacer política de CC y su Gobierno tiene sus referentes y sus consolidadas prácticas. Entre ellas, la mala gestión, como acabamos de ver con los 1.329 millones de euros presupuestados que la Comunidad Canaria dejó de gastar en el año 2024; lo que supone el peor porcentaje de ejecución de los últimos doce años. O, también, los 537 millones de superávit del mismo ejercicio (el triple de lo que tenían previsto en las cuentas públicas) que irán obligatoriamente al pago de la deuda y no podrán ser usados para financiar los servicios públicos, la vivienda o las inversiones; eso sí, con un Gobierno que aumentó el 30% sus asesores y altos cargos. Otra característica diferenciadora es la incapacidad para afrontar decisiones que corresponden al ámbito competencial del autogobierno y, paralelamente, el hábito de despejar el balón hacia el campo de otras administraciones sea la estatal o la de la Unión Europea. El más reciente ejemplo lo encontramos en el papel del Ejecutivo respecto a las medidas para afrontar el reto demográfico en las Islas.

     

    Un reto que no es nuevo. Ya el modelo de desarrollo y sus consecuencias, entre otras el elevado crecimiento poblacional, produjo amplias movilizaciones sociales a finales del pasado siglo XX y comienzos del XXI. Pero entonces algunos decidimos actuar. Compartiendo esas preocupaciones, siendo presidente del Gobierno canario (1999/2003) impulsamos primero la ley 6/2001, conocida como moratoria turística (que desclasificó más de 300.000 camas turísticas). Para, después de un gran debate social y político, poder elaborar la ley 19/2003 de Directrices de Ordenación general y turística de Canarias.

     

    Contención del crecimiento

     

    La Ley de Directrices se aprobó por unanimidad de los tres grupos de la Cámara de entonces, CC, PSOE y PP. Y su orientación apuntaba hacia un crecimiento modulado, la no ocupación de más territorio, optando por la reforma de la planta obsoleta, y la renovación de las ciudades turísticas, así como la diversificación y la cualificación de la oferta y una mayor formación del personal del sector. En los tres años siguientes solo se podía aumentar el 1% la oferta hotelera en las islas turísticas, siempre basada en parámetros de calidad; para las islas verdes se estableció una legislación específica (Ley 6/2002). Podemos concluir que si esa contención del crecimiento turístico era necesaria entonces -con 12 millones de turistas y una población de 1,7 millones-, ahora es mucho más necesaria con 18 millones de visitantes y en torno a los 2,3 millones de habitantes.

     

    Además, en la misma línea, en 2003, la Comisión de Expertos sobre población e inmigración en Canarias, presidida por el ex rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Manuel Lobo, destacaba en sus conclusiones que nuestro modelo económico incidía directamente en el fuerte crecimiento poblacional experimentado. Asegurando que esta es "la razón de ser y la oportunidad" que suponen el cumplimiento de lo establecido en las leyes de directrices generales de ordenación territorial y de las sectoriales del turismo, para reorientar el modelo económico hacia la sostenibilidad y modular el crecimiento poblacional; descartando el encaje de una ley de residencia restrictiva de la libre circulación en la actual normativa europea. Las medidas de contención del crecimiento turístico fueron abandonadas por los siguientes gobiernos canarios y ahora se repite la historia.

     

    En 2024 la sociedad canaria volvió a reaccionar con las manifestaciones masivas del 20 de abril que exigían limitar el crecimiento y repartir la riqueza, y que, como se destaca en el texto, "ponen el acento en los problemas asociados al crecimiento turístico que afectan a las poblaciones locales. Un aumento poblacional residente que -junto al impacto que suponen los millones de visitantes anuales- influye en el consumo energético y de agua, en la dimensión de los servicios públicos educativo y sanitario, o en las necesidades de vivienda, así como en la movilidad y en la propia convivencia, como está sucediendo en otras zonas del mundo con masificación turística. Y, por ello, se hace necesario modularlo, si queremos que todos los que viven en Canarias, procedan de donde procedan, puedan tener garantizado un adecuado nivel de vida".

     

    Modelo económico y población

     

    Sin embargo, el actual Gobierno de Canarias de CC y PP, y su presidente, miran para otro lado. Me refiero a su reacción al dictamen final de la Comisión de Estudio sobre el reto demográfico y el equilibrio poblacional de Canarias. Hacen solo hincapié en tratar de negociar con la Unión Europea la implementación de una ley de residencia, de muy difícil encaje, para frenar el crecimiento demográfico. Como si este cayera del cielo y no estuviera estrechamente vinculado en modo alguno al crecimiento turístico. Lo que hace que Fuerteventura haya crecido un 180% en población en lo que va de siglo, Lanzarote un 111% o Tenerife acercándose ya al millón de habitantes. La Palma apenas creció. Existe una correlación directa entre el modelo de crecimiento turístico y el aumento de la población residente.

     

    Frente a esa realidad, el Gobierno de las dos derechas intenta situar la solución fuera de Canarias y elude comprometerse en la adopción de medidas que corresponden a nuestro ámbito competencial y que sí ayudarían a afrontar el reto demográfico, modificando y haciendo más sostenible nuestro modelo económico.

     

    Por esa razón, Luis Campos, portavoz de Nueva Canarias-Bloque Canarista, aun compartiendo la mayoría de las conclusiones del dictamen de la comisión y que recoja en su texto parte importante de nuestras aportaciones, presentó un voto particular al entender que quedaban fuera elementos sustanciales. Seguramente los más determinantes para afrontar con rigor la actual situación. En ese sentido, en nuestro voto particular se afirma que "un dictamen relativo al modelo demográfico, en especial en lo referido al desmesurado crecimiento poblacional que nos ha llevado en Canarias a crecer en casi 600.000 personas en los últimos 25 años, y que no aborde una contención clara al modelo desarrollista desde el punto de vista económico que ha imperado y continua vigente en la actualidad, está claramente abocado al fracaso".

     

    Recordamos que la mayoría de los expertos en la presente comisión de estudio, en la celebrada en la legislatura anterior, así como en el Comité de expertos sobre población e inmigración a principios de siglo, "corroboran que la evolución demográfica está determinada, fundamentalmente, por el modelo de desarrollo".

     

    Román Rodríguez es presidente de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-bc).

     

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