Altura de miras con la crisis migratoria
La inmigración es un problema que ha llegado para quedarse. No es transitorio. No es puntual. Y como no parece que el asunto vaya a solucionarse en origen, que sería lo lógico, debe quedar claro que no es un problema que tenga, ni que deba, ni que pueda, sufrir Canarias en solitario.
El Estado debe asumir su responsabilidad, tanto con respecto a la protección de fronteras, como a la atención a los menores migrantes y hasta ahora se han hecho los suecos. El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha ido transitando por diferentes estados. Desde la esperanza a la decepción, pasando por tener la impresión de que, a su homólogo a nivel estatal, Pedro Sánchez, le da un poco lo mismo lo que esté pasando Canarias. Sin embargo, persiste en la necesidad de que el Estado reaccione y asegura que el tema se planteará en la Conferencia de presidentes quiera Sánchez o no quiera, porque es un problema de todos. La vivienda lo es, sin duda, pero la inmigración, también.
Lo cierto es que ninguno de los dos grandes partidos políticos del Estado español parece estar a la altura a la hora de afrontar un problema de una gravedad extrema. Por una parte, la más importante, hablamos de vidas humanas que se están perdiendo en el mar y no es posible mirar hacia otro lado. Por otra, encontramos unas islas colapsadas, agobiadas, angustiadas e incapaces de llegar más lejos con los escasos medios de los que disponen. No tenemos infraestructuras, ni personal, ni capacidad para seguir aguantando esta avalancha de embarcaciones irregulares que no va a parar.
Europa ha escuchado el grito de auxilio de Clavijo y ha mostrado la compresión que éste espera de su país. La solidaridad del resto de las comunidades autónomas no puede ser opcional. Debe ser, moral y legalmente, obligatoria.
Y desde luego en lo que no se puede convertir esto es en una batalla política en la que cada cual defiende los colores de su partido político y se marca un tanto cuando cree haber dejado al contrario en evidencia. Señores a la política se va a solucionar problemas, no a crearlos. Todo lo demás, déjenlo para las tertulias de los medios de comunicación.