30 años de pateras, ¿una crisis temporal?
Dicen que en las tertulias todo cabe y va a ser que tiene razón. Recientemente en una de esas tertulias políticas de verano de una famosa cadena de televisión, un tertuliano señalaba que lo que está pasando ahora en las Islas Canarias y en Ceuta y Melilla es algo pasajero. Temporal. Concreto. Vamos, que estamos los canarios armando mucho jaleo por algo que dentro de unas semanas nadie va a recordar.
Lo cierto es que la hemeroteca es tozuda y justo en estos días los periódicos publicaban que hace ahora 30 años llegaba la primera patera a Canarias. Hace tres décadas, todavía no se había implantado el euro en nuestro país, no existía WhatsApp, ni Facebook, ni redes sociales, ni teléfonos móviles con cámara de fotos, pero a Canarias ya llegaban pateras.
A los canarios se nos puede acusar de muchas cosas, pero de falta de solidaridad, no. Si el presidente de las islas, Fernando Clavijo, pide ayuda a su homologo a nivel estatal, Pedro Sánchez, exigiendo el reparto de menores migrantes ahora ya son prácticamente 24.000 las personas que han llegado a las costas canarias en pateras desde África. Esto supone un incremento de más del 120% con respecto a la cifra del año pasado por la misma fecha. Eso no es lo grave. Los datos que maneja el Ejecutivo Regional y las ONGS alertan de que la cifra puede alcanzar las 70.000 personas de aquí a fin de año. 70.000 personas no es una cifra a la que se le pueda dar una lectura de crisis “pasajera”.
Hablamos de un problema que no solo trasciende lo regional, es que alcanza el ámbito europeo. Clavijo, de hecho, dada la poca atención que esta cuestión parece despertar en Sánchez, ha alzado la voz más alto y ha escrito a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidiéndole que venga a visitar las islas para conocer de primera mano cómo se enfrentan a la situación migratoria y conseguir, así, un mayor compromiso por parte de las instituciones comunitarias.
La crisis migratoria no es un problema puntual, ni temporal. Es un drama humanitario de una gravedad que nos sobrepasa y no podemos resolver solos. Digan lo que digan los tertulianos de turno.