Tiempos de cambios y la cueva de Torres Stinga
Por Antonio Coll
En los últimos tiempos y con los adelantos tecnológicos para el acceso a la información, jamás la opinión pública ha estado tan bien informada de los avatares socio-políticos que suceden a su alrededor. También es cierto que los nuevos “artilugios” provocan saturación y, en muchas ocasiones, desinformación o noticias manipuladas o interesadas. Para los nuevos comicios a celebrar este año, las campañas electorales y propagandísticas serán escenificadas, además de los medios convencionales, por las redes sociales, cuya magnitud de propagación es infinita. El fenómeno Podemos y su revolucionario ascenso existen gracias, en gran medida, a la era digital. También la formación centrista Ciudadanos de Albert Rivera, sube peldaños cada día y ya supera a IU y UPyD, según los últimos sondeos. Así pues, entramos en un nuevo escenario y son los partidos tradicionales, acomodados en un sistema privilegiado y lejos de gobernar con buenas prácticas y cercanos a las necesidades de los pueblos, los que van a sufrir en las urnas las “sublevación” de parte de su tradicional electorado.
Es cierto que no nos encontramos en un “mundo” envuelto en llamas, como algunos pregonan. Las sociedades han avanzado en bienestar en todos los ámbitos. Y ello se debe a la libertad económica. La calidad de vida ha mejorado y este hecho es indiscutible. Pero desde el inicio de la machacada y renombrada “crisis económica” y el generalizado destape de casos de corruptelas, el panorama en el llamado Reino de España y Canarias, está cambiando a una velocidad de vértigo. Aunque tardíamente los gobernantes actuales intentan cambiar, con cientos de nuevas medidas, en beneficio de los pobladores, quizás no obtengan los resultados suficientes para frenar el desencanto y la indignación que se ha apoderado en una buena parte de la población española y canaria. Cambiar un sistema quebrado por los mismos culpables del deterioro, me parece a mí, que solo se trata de “parcheos” en tiempos pre-electorales. Tampoco me creo que los que abanderen ahora los mensajes radicales de cambio en las instituciones políticas y económicas, obtengan los frutos necesarios para mejorar la situación actual. Bien es cierto que su irrupción en la vida política ha servido y servirá para transformar muchos aspectos negativos, en la forma de gobernar, implantados por los partidos tradicionales. Si es así, bienvenidos al mundo real de la política. Ya veremos si después de las elecciones, las nuevas fórmulas y propuestas sirven para abrir nuevas posibilidades y reinventarse una nueva sociedad que respondan a las necesidades y demandas de la mayoría de los pobladores. Sobre todo, la mejoría en el mercado laboral y frenar el lastre de la deuda pública.
La cueva de Torres Stinga
Mientras, en Lanzarote, las últimas noticias judiciales, vuelven de nuevo a agitar la ya agitada trayectoria de la isla. La sentencia judicial condenatoria contra el Cabildo de Lanzarote, en referencia a la titularidad y explotación de la Cueva de Los Verdes, a favor del Ayuntamiento de Haría, deposita dudas sobre la defensa jurídica de la primera institución de la isla. Según el PP, “el Cabildo dejó caducar el plazo establecido para dar contestación al procedimiento judicial”. Sea como fuere y, aunque el fondo de la cuestión tenga más ingredientes políticos que jurídicos, es que el alcalde José Torres Stinga, ante la opinión pública, le ha ganado el primer envite a Pedro San Ginés, ambos pertenecientes a CC. Y esto, en pleno periodo pre-electoral, puede llevar consecuencias a la formación nacionalista oficial. Es posible que sea el principal interés de Torres Stinga, expedientado por la ejecutiva insular, precisamente por sus beligerancias con el partido. El propio San Ginés, aclara que “el Ayuntamiento de Haría ha recibido en 11 años más recursos que el propio Cabildo”, en referencia a los centros turísticos explotados en terrenos municipales de Haría. Los otros centros, que cuenta con restauración, como el Jameos del Agua, el Mirador del Rio y el Jardín de Cactus, no han sido reivindicados para la explotación directa por el Ayuntamiento.
Ya habrá tiempo de conocer el desenlace final de esta “pelea de gallos”, no obstante esta cuestión puede servir de nuevo para replantearse la gestión de los Centros Turísticos, cuyos planes estratégicos y de innovación se han quedado a mitad de camino. Sobre todo la problemática explotación de los bares y restaurantes por parte del Cabildo. Si no se apuesta por la iniciativa privada, para ganar en eficiencia y competitividad, la primera corporación seguirá manteniendo un lastre que al final pagamos todos, con dinero público. La Cueva de los Verdes es el ejemplo más palpable. Es rentable porque no ofrece servicio de restauración.