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La casa sin barrer

Francisco Pomares

Fernando Clavijo se desmelenó ayer señalando tanto al Gobierno de Pedro Sánchez como al PP de ser los responsables de la situación insostenible a la que se enfrenta Canarias ante la acumulación de menores emigrantes, a los que no se puede ofrecer el trato que necesitan, por carecer de los recursos e instalaciones para ello. Clavijo, que se refirió a la existencia de centros pensados para atender a 20 menores donde se encuentran hoy ubicados hasta quince veces más, acusó al PP de utilizar excusas para bloquear un acuerdo posible –citó expresamente el comportamiento del PP durante la reciente Conferencia de Presidentes-, y también señaló al Gobierno de Sánchez por desentenderse cuando es su obligación dar asilo a los menores. Clavijo calificó al Gobierno y la oposición de “cómplices” en que la situación se mantenga, y acusó al Gobierno y al PP de estar “dejando a Canarias y a todos esos niños y niñas solos ante una crisis migratoria sin precedentes”.

 

Las declaraciones de Clavijo provocaron ayer la inmediata respuesta de argumentario del PSOE: pedir al presidente canario que se ‘imponga’ al PP, partido con el que Coalición Canaria cogobierna, les exija que apoye el acuerdo ya existente entre socialistas y Coalición Canaria, o les expulse del Gobierno regional. No es la primera vez que desde el PSOE o el Gobierno e insiste en pedir a Clavijo que rompa su Gobierno, quizá por eso, el presidente canario adelantó una respuesta a la que viene siendo la exigencia del PSOE: explicar que Manuel Domínguez, presidente del PP en Canarias y vicepresidente de su Ejecutivo, lo ha intentado todo por lograr el apoyo de su partido –con el que Coalición también firmó un acuerdo sobre migración hace meses, al que el PSOE no acepta sumarse- y que la estabilidad del Gobierno regional no está en juego.

 

El asunto está en realidad completamente enquistado. Lo que ocurre es que a las direcciones nacionales de ambos partidos –PSOE y PP- no les preocupa en absoluto resolver la saturación de menores en los centros de Canarias. De hecho, que el problema de los menores se centre principalmente en las islas supone un alivio para las regiones en las que gobiernan en muchos sentidos: económico, social, de gestión…

 

Y además, permite mantener un pulso en el que el PSOE se encuentra manifiestamente cómodo, porque ha logrado imponer el relato de que el problema de los menores migrantes no acompañados no se arregla porque el PP se opone a resolverlo. Es un relato fácil de creer: el PP se opuso torpemente a la tramitación de la reforma de la Ley de Extranjería, y se ha vuelto a oponer a avanzar en cualquier tipo de acuerdo en la Conferencia de Presidentes de Santander. Pero conviene recordar que no el rechazo a buscar una solución es sólo del PP. Tampoco el PSOE manifestó el más mínimo interés de avanzar en ningún acuerdo, y ni siquiera ha contestado a la propuesta presentada por Canarias de desatascar el reparto de menores de manera extraordinaria con un decreto ley –negociado por el propio Clavijo con el PNV y Junts- y que sí tendría los apoyos en el Congreso para ser convalidado. La solución fue planteada por Clavijo al Gobierno hace casi dos semanas, y el Gobierno de España no se ha dignado a contestar.

 

Para el PSOE, es relativamente sencillo responsabilizar al PP y subsidiariamente a Coalición, por no romper el Gobierno de Canarias con el PP, que es el objetivo estratégico diseñado por el ministro Torres, paradójicamente menos interesado en lograr un acuerdo que la ministra Sira Rego. Pero la responsabilidad de resolver los problemas del país no es del PP: es del Gobierno de Pedro Sánchez, y conviene recordar que el argumento para responsabilizar al PP del fracaso de la reforma de la ley de Extranjería no se sostiene. La reforma de la ley no contó con apoyos suficientes para ser aprobada porque Junts votó en contra, igual que hizo el PP. Que la oposición vote en contra del Gobierno parece lo normal, pero que lo haga un socio del Gobierno no lo parece tanto. El PSOE pide a Coalición que rompa con el PP… ¿Debería el PSOE romper con Junts por haber hecho lo mismo que hizo el PP? ¿Sánchez debería aprovechar para comunicarle a Puigdemont que rompe con él si no apoya el reparto de menores, ahora que va a darse un saltito a Bruselas para verlo?

 

 

Los relatos políticos se construyen a conveniencia. Pero lo que no es un relato, sino un hecho, es que desde el día de Navidad, 34 embarcaciones han dejado en las islas más de dos mil migrantes, en un suma y sigue imparable. Y tampoco es un relato que ya hay 5.800 menores a cargo de Canarias, y Sánchez sigue sin mover un dedo: no ha mandado el dinero que prometió, ni siquiera todo el que figura en los presupuestos 2024. Esos son los hechos, mientras unos y otros entretienen a la gente con sus sortilegios y escaramuzas, y la casa sigue sin barrer.

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