El Reto [sic]
Francisco Pomares
Supongo que es cosa de la edad: cada vez me cuesta más creerme las propuestas programáticas y los saraos con los que se presentan. Quizá sea la experiencia. Saber que se trata de un examen para suspenso, en el que siempre se aprueba. Porque después de la presentación no hay nunca un control de cumplimiento. Y así nos va.
El Gobierno regional presentó ayer la ficha financiera de sus 51 medidas para la Canarias del futuro, en el marco de la segunda conferencia de Presidentes. La conferencia de aquí se reúne más que la de Sánchez, quizá porque sólo son ocho, Clavijo y los insulares, aunque ayer faltó el de La Palma, que se quedó en la isla por si acaso llovía lo anunciado y acababa el hombre haciéndose un Mazón. Últimamente vivimos todos muy pendientes de la lluvia, menos la lluvia misma, que asoma cuando a ella se le antoja, pasándose las previsiones por el cumulonimbo.
Total, que fue una conferencia de seis más uno, para aprobar (simbólicamente) un saco de millones -763 y medio- con los que se quiere afrontar el reto demográfico (ahora ‘el Reto’, así con mayúsculas, aunque nadie tenga muy claro en que consiste) y de paso el desarrollo sostenible, la economía circular y el resto de la Agenda 2030. Después de medio año de reuniones de un centenar de sabiondos, Alfonso Cabello presentó otra vez el inspirado cuadernillo con 51 medidas, ahora para ser formalmente contrastadas cada una con su ficha financiera, y aplaudidas por los presidentes en comandita, dejando de lado –Clavijo dixit– los “colores políticos”.
Al final, lo de ayer fue pasar revista a una tropilla de decisiones, que empiezan siempre -esto es Canarias- por las bonificaciones fiscales. ¿Qué sería de un programa de actuación sin una buena ristra de bonificaciones? Pues que no tendría denominación de origen local. Tras la primera preocupación resuelta -habrá cuartos a descontar en el IRPF en materia de vivienda, eficiencia energética y cambio climático- Clavijo anunció que sacar una licencia de construcción ya no le costará a nadie dos años de colas y desesperos, sino apenas entre tres y seis meses, que es sin duda una horquilla ancha, pero suena razonable. Siempre que los gobiernos sacan medidas, consiguen que los expertos se pongan de acuerdo en lo de reducir el ‘vuelva usted mañana’. Hace cinco o seis años, Clavijo nos animó con aquella Ley del Suelo, que iba a ser la hostia en lo de consolidar cemento y piche, y ahora remata con reducir el plazo de las licencias a entre la cuarta y la octava parte. Y luego, los premios de consolación, que ya se sabe que la pedrea alegra la vida: nueve kilos para que la gente se matricule –más aún- en las universidades, seis para investigación, desarrollo tecnológico y sopa de letras, y ocho para hacer casas en pueblos con menos de 20.000 vecinos, para que la gente no los abandone. ¿Pero no era en esos municipios donde hay centenares de viviendas vacías?
Y luego el popurrí tradicional: Canarias, una y diversa, municipios pequeños, municipios medianos, municipios grandes, islas verdes, islas secas, islas turísticas, Fecai, Fecam, Universidades, moratoria para la vivienda vacacional ni sí ni no, sino todo lo contrario, un documento vivo, que es lo opuesto a un documento muerto, y un par de minutos per cápita para que cada cual adapte el relato general a su personal discurso. Pero sin estridencias: Antonio Morales se contuvo y no dijo ni pio contra el gas en el Puerto, que a fin de cuentas es asunto que divide y el Reto es para vivirlo desde todos los colores. Sí se refirió a la ecotasa, y en eso y en lo del céntimo forestal coincidió con Rosa Dávila, que es ponerse el gorro presidencial y descubrir lo estupendos que son los impuestos para hacer caja. Y luego: turno de preguntas, pocas, y a escupir a la calle.
Y digo yo si lo de ayer no será otra más de esas reuniones a tiempo perdido que nos definen alegremente con chocante acumulación de palabras y frases reñidas con la gramática y plagadas de tecnicismos. No hay que avanzar mucho en la lectura del cuadernillo de marras para darse de bruces: Por ejemplo, Medida 01, dice: “Elaboración de un visor de indicadores que permitirá conocer la situación actual de todos los municipios de canarias [minúsculas, sic], sobre diferentes variables y desde las dimensiones ambiental, territorial económica y social. Los datos del visor tendrán claramente identificadas las fuentes y estarán accesibles [ser, estar, parecer, sic] para todas las administraciones y ciudadanos, por lo que podrán visualizarse a escala regional, insular y municipal, además de cruzar datos y comparar los mismos. Esta medida ya ha empezado a implementarse con la financiación de la Consejería de Política Territorial, Cohesión Territorial y Aguas [¿territoriales?], pudiendo estar listo [la medida, sic] para su acceso y difusión de manera más prioritaria [sic]. Debe señalarse que este visor se ha coordinado durante su construcción con el equipo que está elaborando la Estrategia Canaria de Reto Demográfico y Cohesión Territorial. Durante 2025, se propone avanzar en evolución y mejoras, especialmente en los municipios del espacio intensamente ocupado [sic], actualizaciones de la información y su mantenimiento, así como la añadir la posibilidad de emitir informes y datos históricos.” Todo un reto: entenderlo.