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El Confidente Secreto

Andrés Martinón

 

 

 

 

Me estoy haciendo mayor. Lo sé, entre otras cosas, por el tiempo que llevo ejerciendo el periodismo de forma profesional. Después de 26 años trabajando en medios de comunicación he podido ver quién es buen periodista o cuáles son las características del buen informador. No voy a dar una cátedra ahora de teoría de la comunicación, pero está claro que tener buenas fuentes, una amplia guía de contactos y una serie de expertos en las distintas materias que puedan surgir (háblese de médicos, abogados, biólogos, arquitectos, etc) te hacen mejor profesional en el día a día en una redacción.


Yo a esta lista que está en todos los manuales le añadiría una que no sé si se suele destacar: coger todos los teléfonos que llaman a la redacción queriendo denunciar algo. A veces son historias dignas de un Pulitzer y a veces son conflictos del tres al cuarto entre un vecino y otro.


Yo una vez cogí una llamada y fue así como conocí al Confidente Secreto.


Hace ya seis años me pasaron la llamada desde la centralita de Lancelot TV y empecé a hablar con un hombre que denunciaba que en la Terminal 1 del Aeropuerto César Manrique de Lanzarote se había instalado una persona con una caseta donde pernoctaba en pleno tránsito de viajeros. Me pareció una historia curiosa. Le dije que si tenía fotos o vídeos y me los mandó por teléfono a mi WhatsApp. Esto resultó clave pues el intrigante informador se quedó con mi número de teléfono. La noticia fue publicada y tuvo tirón y nuestra relación pareció terminar ahí.


Sin embargo, al poco tiempo recibí un WhatsApp de teléfono desconocido. Enviándome otras fotos de denuncia y me percaté que, por las fotos anteriores, las de la caseta del Aeropuerto, era el señor que me había contactado para denunciar aquella cuestión. Como ya habíamos tenido varias conversaciones, decidí guardar su contacto y como no sabía su nombre lo guardé bajo el nombre de Confidente Secreto.


Ahí se inició una relación que se fortaleció de tal manera que hemos tenido contacto todos los días desde 2018. Y es que desde esa fecha me manda a diario el número de vuelos internacionales y nacionales que llega. Además de que me da cumplida información de cruceros y de cualquier tipo de incidente o accidente que pueda ocurrir.


Un día intenté saber algo de él, pero no quiso ofrecer su identidad. No sé su nombre. Intuyo cuál es su profesión por el tipo de información que me manda, pero no habla nunca de nada personal. No pide nada a cambio. Ni siquiera que le dé un ok a cada foto, vídeo o texto que me envía. Él informa a diario de lo que considera puede ser noticiable. La mayoría de las veces lo es. Otras no. Pero no pasa nada si no se publica. En 24 horas volverá a hacer su envío.


Escribo estas líneas porque entre nuestros breves intercambios de información sé que ha sido hospitalizado y me pareció que con este artículo ofrezco mi apoyo en su recuperación y devuelvo el favor a un amigo desconocido que me hace mejor periodista todos los días sin ningún tipo de contraprestación

Dedicado al Confidente Secreto.

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