Un vertido que deja al aire las vergüenzas de la isla
El vertido de varios miles de toneladas de agua sucia en los alrededores de la gasolinera Spínola, producido por una avería grave en la conducción a la depuradora de Argana Alta en sus límites con San Bartolomé, puso una vez más las evidencias de la precaria situación en la que se encuentran las infraestructuras del Ciclo del Agua de la isla, y especialmente en el caso de las instalaciones dedicadas a la depuración. No es un problema puntual. Viene de atrás, y lo cierto es que el anterior grupo de gobierno trató de diseñar un programa de renovación e inversión de nuevas plantas depuradoras y estaciones de bombeo. Algo hizo, es cierto, pero no lo suficiente para que ya estuviesen esas adjudicaciones en marcha. Ahora han pasado dos años y nada sabemos tampoco de los planes del nuevo grupo de gobierno. La presidenta del Cabildo, Dolores Corujo, en diferentes entrevistas ha reconocido el problema, pero nadie avanza fechas ni avanza una programación. No es fácil porque se trata de grandes inversiones y de convenios Canarias-Estado, pero es hora de que uno de los principales problemas de la isla se trate con la rapidez que exige el reto.
Una renovación que no puede esperar más
No sólo Arrecife tiene problemas en este aspecto, también Tías y otras localidades como Playa Blanca, se encuentran en una situación límite. De ahí que la mayoría de los alcaldes de la isla lo reconozcan y tengan claro que hay que buscar soluciones de manera urgente. No se pueden seguir gestionando unas infraestructuras básicas a paso de tortuga. No solo hablamos de unas infraestructuras obsoletas, sino que además se hicieron y se pensaron para una población mucho más reducida que la actual. Esto provoca problemas de malos olores, vertidos de aguas fecales al mar y una imagen tercermundista de Lanzarote, una isla Reserva de la Biosfera, y principalmente de su capital. Esta situación no se puede prolongar más. Ya es hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto y pongan fecha y hora al cómo y cuándo se va a solucionar esta situación. Ya es hora de que se renueven las infraestructuras de Lanzarote y hay que hacerlo antes de que colapsen. Ya se sabe que el que avisa no es traidor sino avisador.