¿Tocado o hundido?
La situación en la que queda José Montelongo tras conocerse la petición de fianza millonaria por dos piezas del llamado “Caso Montecarlo” lo deja en una difícil situación política a él, pero sobre todo al Psoe de Lanzarote. Más cuando ese partido en Lanzarote ha sido tan radical y ha puesto tan alto el listón con el asunto de las imputaciones e investigaciones de otros. Desde Lancelot creemos que muchos de los acusados hoy (21 personas) quedaran libres e inocentes cuando finalmente se celebren los juicios, así como nos parece desorbitadas, como profanos en materia penal, las fianzas millonarias que solicita el auto del Juez del número cuatro de Arrecife a los investigados. De hecho, la mayoría de esos acusados no podrán hacer frente a esas fianzas por exageradas y por el nivel de rentas que tienen en estos momentos. Todo eso está bien, pero sin duda aquí, más allá de responsabilidades penales, se están dirimiendo responsabilidades políticas. En ese sentido, José Montelongo, pero sobre todo la dirección del Psoe, tiene la obligación de actuar y tomar una decisión. ¿Es sostenible la situación tras conocerse la fianza millonaria que solicita a José Montelongo que en apariencia agrava su situación jurídica cuando muchos pensábamos (como este medio de comunicación) que no iba a llegar a juicio por las informaciones judiciales que nos llegaban? Sólo un milagro evitará que el alcalde conserve su cargo.
Inestabilidad y retos
Y es una pena que a José Montelongo no le quede más remedio que abandonar la Alcaldía desde el punto de vista de la necesaria estabilidad que necesita Arrecife para afrontar los retos que tiene, y que son muchos, para beneficio de la ciudad y de los ciudadanos. El Psoe ahora cae en su propia “enredina” de la moralidad que han ido tejiendo, con la ayuda de los “manos sucias” del despacho, y que tanto daño ha hecho a tanta gente inocente en esta isla. Montelongo puede ser inocente, ni siquiera se ha juzgado su caso en primera instancia, pero el listón impuesto por los socialistas lo coloca en el papel de víctima. Ahora, el Psoe verá hasta donde llega la presión mediática y partidaria, pero ya estamos viendo al PP pidiendo sangre y venganza; a los de Podemos tirándose a la yugular del alcalde porque no pertenece al sector duro del Psoe (de la imputación de Carlos Espino, el señor Meca nunca ha dicho ni pío porque lo considera “uno de los nuestros”) y a los de Somos con su clásica demagogia y populismo exigiendo la dimisión sin más, como siempre primero disparan y luego preguntan. A todos les dará igual que sea culpable o no el señor Montelongo. Lo que importa es que la opinión pública quiere carnaza y ellos se la darán. Sin duda ha sido el Psoe el primero en esta isla en aplicar ese juego de falsa moralina convirtiendo en una justicia de ruleta rusa el sistema contra la corrupción. Además, hay un sector del Psoe, el del despacho, que nunca quiso a José Montelongo de alcalde porque no tenía futuro ni le servía para sus fines. Por eso ha caído Montelongo a las tinieblas. Si les hubiera hecho caso posiblemente otro gallo le cantaría ahora. ¡Qué pena!