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Salvar La Geria


Donde no había un problema, la miopía partidista ha originado uno. Nos referimos al espacio protegido de La Geria, una paisaje natural creado por la mano del hombre del campo y que vive sus mejores momentos si no fuera por la politización de algunas organizaciones políticas que en lugar de defender al viticultor han apostado por los espurios intereses de un despacho de abogados y las guerras de una organización cultural contra ciertos empresarios. Desde hace unos años, y tras su abandono en los año 80 de centenares de hectáreas de terreno de cultivo por su falta de rentabilidad, una política acertada por parte de algunas bodegas como El Grifo y Mozaga, a las que luego siguieron otras a finales de los años 90, hizo que los viticultores empezases a recuperar la ilusión por mantener sus parras. La aparición de esas nueva bodegas como Bermejos, y sobre todo Stratv,s provocó que se elevara el precio de compra de la uva al viticultor y que se pagara la cosecha prácticamente a los pocos meses de ser adquirida. Antes, las bodegas pagaban a dos y tres años vistas. Por primera vez, un sector de la agricultura funcionaba bien para todos. Los viticultores recibían unos precios dignos, las bodegas lograron mejorar la calidad de los caldos y venderlo a mayor precio, se logro exportar nuestros caldos tras una acertada política del Consejo Regulador del Vino de Lanzarote y, en definitiva, nuestro vino se empezó a consumir por propios y extraños por méritos propios.


Buscar problemas

 

El otro día, una hija de viticultores, Carmen González, repartía octavillas bajo el epígrafe de Salvar La Geria. Curiosamente, esta buena mujer lo que pedía era salvar este paisaje único de la politización que ha sufrido estos años. Quería salvarla de normativas no sólo abusivas contra el viticultor sino desfasadas para adaptarse a los nuevos tiempos de bodegas artesanales a industriales. En definitiva, que los políticos no buscaran más problemas donde sólo debe imperar el sentido común, que no es otro que crear un marco legal suficiente para los elementos estructurantes de La Geria (las bodegas), los que permiten que el ciclo virtuoso de esa actividad agrícola no se distorsione. Debe servir de reflexión a los políticos que de dejar actuar al sector vitivinicola por su cuenta estarían mejor, sería más rentable que con la intervención de las instituciones públicas. No sólo éstas han legislado tarde (más de 15 años llevaba el Plan Especial de La Geria de retraso), sino mal. Por ello, nos alegramos de que haya personas que estén hartas del politiqueo, de las luchas partidistas y de la falta de compromiso de los líderes políticos y hayan decidido salir a la calle a manifestarlo. Sobre todo, desde esta página pedimos a los lanzaroteños que tomen nota, buena nota, de quienes realmente defienden La Geria con el sudor del trabajo y quienes juegan con los intereses del sector.

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