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¿Qué funcionario de Arrecife se lavó las manos?

 

 

  • Lancelot Digital
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    El caso de Isaac Morales pone los pelos de punta. Se trata de un vecino de Arrecife que debido a unas obras municipales que cerraron el acceso a una arqueta pública, lleva dos meses y medio duchándose en el patio de su casa y haciendo uso de los baños de establecimientos comerciales porque en su domicilio es imposible ir al baño o ducharse. Baños tupidos, mal olor en todas las estancias y una crisis nerviosa en toda regla. Cuando Isaac hablaba con los compañeros de Lancelot Televisión se le caían las lágrimas. No es para menos. Literalmente tenía la casa llena de mierda. Este vecino acudió al Ayuntamiento y llamó a todas las puertas que pudo, sin recibir ningún tipo de ayuda por parte de quienes escucharon su espeluznante historia. Pero cuenta su caso a los medios de comunicación, y el alcalde, bien por él, nada más conocer la historia en Lancelot Televisión, reacciona y acude a hablar con él para tratar de solucionar el problema. Sin quitar mérito a la rápida reacción del alcalde de Arrecife, nos preguntamos cómo es posible que el pesado elefante de la administración municipal se hubiera lavado las manos ante un caso de tanta gravedad.

     

    Oídos sordos


    Y es que no estamos hablando de la incomodidad de un vecino particular, hablamos de un auténtico peligro desde el punto de vista sanitario. La insalubridad y la podredumbre en la que ha tenido que vivir ese pobre hombre durante más de 70 días es, como poco inhumana. Y eso hace inhumanos a quienes pudiendo atenderle se han hecho los sordos en la administración. Porque para eso está la administración pública, para atender a los ciudadanos y sus derechos. Bien está que creamos que conseguir un puesto público de funcionarios es un seguro de vida porque nos asegura un sueldo, pero luego hay que ganárselo. Este caso debería hacer que nos replanteáramos las cosas porque mañana nos podría tocar a nosotros. Y nadie quiere encontrarse a un funcionario público que se encoja de hombros cuando le planteas un problema por el que está en juego la salud de los tuyos. Un poco más de empatía, y de ponerse en la piel de los demás, le vendría muy bien a más de uno. No señalamos a nadie, pero quien se sienta aludido que se lo haga mirar.

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