Poco entusiasmados por el Plan Insular
Dos años para saber cómo anda el contrato de Esquiaga y que se pueda salvar un nuevo Plan Insular, que estaba prácticamente culminado, es poco bagaje para un grupo de gobierno que en campaña electoral se comprometió ante el electorado a que iba a aprobar esa herramienta de trabajo. Cierto es que CC fracasó en su intento de sacar adelante en las dos últimas legislaturas el nuevo planeamiento insular. La diferencia es que los nacionalistas lo querían sacar y no encontraron, o no supieron buscar, la complicidad de sus socios de gobierno, tanto el PP como el Psoe. Como cierto es que el Psoe, con José Juan Cruz Saavedra y Marcos Bergaz, se movieron para desatascar legalmente el contrato caducado del equipo redactor. Pero no lo es menos que la dirección del Psoe mandó a parar el entusiasmo de un joven Marcos, que posteriormente cayó en la cuenta de que sus compañeros de partido no estaban por la labor de sacar nada adelante, primero porque sería darle aire político a Pedro San Ginés y segundo porque la Fundación César Manrique no quería ningún Plan bajo el extraño criterio de que el mejor Plan para Lanzarote es que no exista ninguno nuevo. La FCM siempre ha creído que lo mejor es mantener el viejo Plan y no aprobar ninguno que pueda dar aire y desarrollo a las áreas más deprimidas de Lanzarote como el campo.
Otra excusa lamentable
La otra excusa lamentable para evitar la aprobación del Plan Insular era el Caso Stratvs. No interesaba sacar un Plan Insular que tenía que adaptarse a la nueva Ley del Suelo que permitía el desarrollo de las bodegas y daba amparo a la conocida bodega. Lo cierto es que, por Juana o por la hermana, la clase política no ha sido capaz de sacar en 15 años, cuando Manuela de Armas contrató al equipo de Ezquiaga, un planeamiento. Un plan necesario para acabar y mejorar las grandes infraestructuras de la isla en el ámbito sanitario, educativo y de carreteras. También el nuevo Plan Insular ayudaba a los agricultores que fueron olvidados en el primer Plan Insular, por aquello de que se fijó más en el ámbito de control del turismo que en los agricultores en plena decadencia. Insistimos, es uno de los grandes fracasos de la actual presidenta del Cabildo, a la que no vemos con el entusiasmo necesario para apechugar con el compromiso electoral. Esperemos que sólo sea una equivocada impresión. Dos años se han perdido, esperemos que no se pierdan otros dos más.