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Ninguneado, no. Mayor peso, sí

 

 

 

El Partido de Independientes de Lanzarote, PIL, se ha creado un problema que puede ser muy perjudicial para la isla. La decisión de Manuel Cabrera, consejero de esa formación en el Cabildo de Lanzarote de mantenerse de “facto” fuera del pacto que había firmado con CC tiene que aclararse lo antes posible. Manuel Cabrera dice sentirse ninguneado aunque, posiblemente, lo que quiso decir era otra cosa. Realmente, nos da la impresión, que Manuel Cabrera lo que se ha sentido es no tan valorado como él cree que tiene que ser en esta nueva situación donde su voto es fundamental. Y ahí puede tener algo de razón. El “PIL” prácticamente entró de prestado en el anterior pacto de CC y PSOE, no era necesario, sobraba y a pesar de todo Pedro San Ginés, optó por contar con él, dado que eran necesarios los concejales en Arrecife y en el Ayuntamiento de San Bartolomé. Ahora la situación es diferente. Ahora es el voto número 12, que es quién da la mayoría para sacar los temas adelante y dar estabilidad a la isla. Por tanto, es merecedor de contar con mayor peso específico dentro del grupo de gobierno. Otra cosa es que sea justificada la escenificación o teatralización del ofendido por retirarle Pedro San Ginés la Vicepresidencia para dársela al nuevo socio, el PP. Este partido tiene tres consejeros y, por lo tanto, no sería lógico que Manolo Cabrera, con uno solo, la ostente.

 

 

 

 

Las dudas del PIL

 

Lo lógico, pues, es que el PIL considere que se está en otro escenario político y exija mayor peso. CC está dispuesto a dárselo. Incluso le han ofrecido la nada despreciable área de Promoción Turística, antiguamente Patronato de Turismo, una parcela que viste mucho y que siempre era muy disputada a la hora de los repartos de la tarta del poder en el Cabildo. Por lo tanto, parece razonable que Empleo y Promoción Turística, sea suficiente peso para un partido que tiene un sólo consejero. Manuel Cabrera puede pensar que no. Y de hecho “ofendido” como se siente dice a quién le quiera escuchar que, aunque le den de nuevo la Vicepresidencia estaría en el grupo de gobierno. Si eso es así, y así nos comunican que es la postura que en caliente ha propuesto a su partido, ha puesto al PIL y a su dirección en una difícil situación. En especial a su presidente, Ramón Bermúdez, que suele ser un hombre de consenso, de buscar soluciones a los problemas y no más problemas a las soluciones. Manuel Cabrera podrá estar ofendido, ya veremos si justificadamente o no. Pero aunque fuera justificado su enfado, nunca lo será tanto como para romper un pacto que debe estar por encima de los intereses partidistas. Manolo Cabrera siempre ha dicho que lo importante en esta isla era la estabilidad y sacar los temas del día a día y las inversiones adelante. Ahora tiene la oportunidad de demostrar que, más allá de ofensas y cargos, está Lanzarote. El PIL demostraría que es un partido en el que la gente puede seguir confiando. Jugar a apuestas arriesgadas y que pueden tirar por la borda el trabajo hecho hasta ahora, no es la mejor forma para que podamos dar la razón a una postura intrasigente. No es aquello de que vale más barco sin honra que honra sin barco, pero por el bien de Lanzarote, Manuel Cabrera debe facilitar las cosas a su partido.

 

 

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