Las murgas y Arrecife
El lío originado por el lugar donde debían actuar las murgas en el Carnaval de Arrecife viene a demostrar, por si faltaba alguna prueba más, el estado de descomposición en el que se encuentra el grupo de gobierno que dirige, como puede, la alcaldesa socialista Eva de Anta. No se trata de si David Duarte, concejal de Festejos se precipitó en anunciar que se iba a celebrar el concurso en el Parque Islas Canarias como pedían los murgueros, o de si la alcaldesa los desautorizó utilizando a su fiel escudero y tránsfuga del PIL, para más señas, Tomas Fajardo. No se trata de si esta “reyerta política”, donde los cuchillos se lanzaban de uno y otro bando peligrosamente, ha matado a alguien. O de si, inevitablemente se mezclaron las primarias del Psoe de Arrecife en este sainete o vodevil murguero. Lo destacable, más allá del espectáculo, es que todo esto confirma que la ciudad más importante de Lanzarote está sin gobierno y a la deriva. No sabemos cuánto daño más hay que hacerle a Arrecife para saber que ya se le ha hecho demasiado. Decía alguien que el buen estadista no era el que sabía lo que necesitaba su nación mañana sino el que sabía lo que iba a necesitar dentro de 10 años. En Arrecife ni se sabe lo que la ciudad necesita hoy, ni mañana, ni pasado mañana. Menos aún lo que necesitará en el futuro.
Gobierno de salvación
Lo malo es que estos cuatros años no han servido para mejorar la capital. Lo cierto es que en la mayor parte de esos años, sobre todo tras el abandono de los concejales de CC, no se ha sido capaz de sacar los temas de la construcción de viviendas sociales, el planeamiento de la ciudad, la mejora del comercio y, en general, de lo único que se han ocupado la alcaldesa y su gente (por llamarla de alguna manera) es de parchear el día a día. La sensación de la opinión pública es que se ha tirado un mandato más a la basura y que Arrecife está hoy peor que hace 4 años, y peor que hace 8. Y no entramos a valorar el empeño de la alcaldesa de mantener cerrada la principal arteria de la ciudad contra el criterio de la mayoría, porque ese no es el problema de la ciudad. Ese es el menor de los problemas si tenemos en cuenta las grandes dificultades que padece la ciudad. Ni siquiera entramos ahora a valorar el empeño en tratar de repetir de alcaldesa tras una gestión tan cuestionada, incluso entre los suyos. Lo que tienen claro los habitantes de esta ciudad es que Arrecife precisa de un gobierno de salvación liderado por gente ambiciosa y dispuesta a afrontar la cruda realidad. Arrecife ha tenido malos gobiernos, es cierto, pero superar a éste no va a ser fácil.