La “conversión” de Gladys al ecologismo
La noticia de que el nuevo Plan de Yaiza ha dado cabida a la construcción de, al menos siete hoteles nuevos en Playa Blanca, ha sorprendido a muchos, sobre todo teniendo en cuenta que anunciaba estos días la demolición parcial o total de ciertos hoteles que llevan con las puertas abiertas desde hace más de 10 años. Especialmente sorprendía a propios y extraños la reconversión al discurso radical ecologista contra los hoteles de la que fuera vicepresidenta del PI, en los buenos años de esa formación que liderara Dimas Martín, y ahora “jefa” de Unidos por Yaiza. La contundencia del discurso contra esa planta alojativa en proceso de regularización ha quedado desvirtuada al conocerse la “permisividad” del Plan General de Coderch para ciertos promotores y las restricciones para otros. Mientras a uno se le da vía ancha en el Plan General para resolver sus problemas, a otros (sobre todo a los que las Fundación César Manrique ha marcado con “x”) se les mete en una vía estrecha o en la vía de la muerte. Lo cierto es que el nuevo Plan General de Yaiza califica nuevo suelo turístico para la construcción de miles de camas hoteleras más en Lanzarote. Algunos creen que si hubiera aplicado la lupa en el Plan General de Yaiza contra el Plan Parcial Montaña Roja o contra el anulado en los tribunales de justicia Plan Parcial de Playa Blanca, podía evitarse la construcción (y el negocio que han hecho algunos) de muchas más camas turísticas en Playa Blanca. Con todo esto se viene a demostrar una vez más que el discurso de la contención del crecimiento adolece de legitimidad en ciertas bocas que lo único que buscaban es “fastidiar” por rencillas e intereses espurios a determinados promotores turísticos de la isla.
Dudas legítimas
Por eso resulta legítima la crítica de aquellos que se sienten perjudicados y perseguidos por el nuevo Plan General al no querer encontrar encaje legal a determinados hoteles y, en cambio, se beneficia o se mira para otro lado con otros promotores. Llama la atención como sectores tan críticos contra el crecimiento turístico no hayan dicho ni pío sobre el nuevo Plan General de Yaiza que permite habilitar nada más ni nada menos que otras 4.000 mil camas hoteleras y extrahoteleras en Playa Blanca. Una vez más hace pensar en el doble rasero que la Fundación César Manrique aplica según sea uno de los suyos o no, el que hace los hoteles. ¿O tiene sentido común que se intenten derribar hoteles construidos con licencia municipal, con primera ocupación, con licencia de actividad turística y que llevan más de 10 años abiertos al público y que, por otro lado, la alcaldesa permita, a través del Plan General, generar más suelo turístico con el Plan Coderch? Algo no encaja, y cada vez se hace más evidente, en este puzzle. Y la noticia de los nuevos hoteles de Playa Blanca abona la teoría de algunos de que hay acuerdos con los llamados “manos sucias” de Lanzarote. Sea como fuere lo cierto es que se está investigando parcela por parcela, metro a metro el Plan General de Yaiza. Quiénes son los propietarios de parcelas que se han reclasificado en el Plan General, a qué familias pertenecen, quiénes son los grandes beneficiados y, en definitiva, a quién se ha hecho más rico y a quién se ha perjudicado. Se nos anuncian sorpresas. Y los que hoy van de santos inocentes pueden quedar como grandes falsarios. Tiempo al tiempo.