El caso de Ricardo y otros
Como saben, la familia de Ricardo Pacheco lleva meses con la amenaza de que un día de estos tenga que ejecutar la sentencia judicial que le obliga a tirar parte de su casa situada en la entrada de La Vegueta, por El Mojón. Una casa centenaria abandonada que en su día arregló y aumentó en dos habitaciones. Adena Canarias, en la época de delator Ezequiel Navío, presentó una denuncia ante el Seprona, porque este hombre humilde mejoró la casa y su entorno agrícola contraviniendo la Ley de Espacios Naturales. Después de muchos años de lucha judicial, a Ricardo no le va a quedar más remedio que tirar esas construcciones si un milagro (ya que el sentido común no parece que exista) no lo remedia. Y decimos sentido común, porque se trata de una vivienda que ya existía, que ayudó sus familiares a crear ese paisaje agrícola, que se trata de una familia que no tiene otro hogar y porque se da la paradoja que una vez que tiren esas habitaciones pueden ser de nuevo legalmente construidas. Lo peor de toda esta “injusticia” es que algunos que hoy son representantes de Adena saben de otras construcciones que tienen sentencia de derribos y no dicen nada, miran para otro lado. Lo que queremos decir es que da la sensación de que realmente estos colectivos que van de protectores de la naturaleza al final ponen mayor o menor empeño para que se ejecuten las sentencias firmes en funciones de quién sean esas viviendas. No sería razonable que Adena Canarias, visto lo lo visto, dijera a la Justicia que no tiene sentido tirar esas habitaciones de Ricardo cuando ahora de facto ya se han legalizado porque se podrían construir de nuevo. ¿Cuántos ejemplos más de injusticias hacen falta para saber que ya son demasiadas?