Demostración de un fracaso
La presentación del proyecto de “reactivación” de la Avenida Marítima de Arrecife", presentado el martes 24 por la alcaldesa de Arrecife, es la prueba palmaria del fracaso de una idea polémica que nunca se debió ejecutar, al menos hasta que se hubieran repensado los daños que el cierre podía ocasionar a la ciudad y a sus comercios. Lo de ahora, sentimos decirlo, es el reconocimiento del error de cerrar a medias una arteria circulatoria de la capital.
El “proyecto” presentado por la Alcaldía abunda en la tesis de algunos que aseguran que fue la Fundación César Manrique quién mandó a “cerrar” al tráfico salvo a los privilegiados que pueden pasar por ella. Se podría calificar la “idea” de improvisada, de ingenua y otros adjetivos, pero no es ese el fondo de la cuestión. El asunto es que la alcaldesa ha impuesto una idea que la mayoría del pleno rechaza, e incluso los dos únicos concejales que le apoyan de el PIL.
El problema es que no ha cumplido su palabra, ni la va a cumplir dadas las fechas, de realizar una consulta popular. La cuestión es que la alcaldesa no cumple el mandato del pleno cuando hace dos años votó casi por unanimidad preguntar a los ciudadanos que opinan. Lo que cabrea a los comerciantes es que se les haya consultado ahora a los técnicos para “salvar la avenida” y no se les haya hecho caso cuando decían que la mejor solución era la apertura de la avenida al tráfico para animar la zona.
Como chirría que el cierre de la avenida sólo le beneficie a un empresario del PSOE al que no le interesó nunca que la zona de Marina Lanzarote (puerto deportivo) se desarrollara para evitar la competencia en sus centros comerciales en el extrarradio de la capital o en Playa Honda.
Condenar la principal vía
Y lo peor es que todo ello se justifica con el manido argumento de que se busca la ciudad amable, como si el resto buscáramos lo contrario. Realmente el argumentario de que lo que se pretende es echar los coches de la ciudad es un error, lo que realmente se ha echado es a los ciudadanos. Un argumento, el de los coches, por otro lado, falaz porque siguen atravesando la avenida.
Segundo porque la mayoría de los que se oponen al cierre son favorables a peatonalizar las calles y callejuelas del centro y casco viejo de Arrecife. Nada tiene que ver el cierre o no de la avenida con el de la peatonalización del casco antiguo. Cierre usted si quiere todo el centro, pero no la arteria principal de la ciudad que permitiría sacar, ahora sí, a los vehículos del centro de la ciudad. En esa zona de la avenida sobran metros cuadrados peatonalizados.
A los márgenes tenemos el parque viejo vacío y unas aceras grandes también vacías. El principal argumento de los expertos que piden abrir la avenida del frente marítimo de Lanzarote es que no hay gente suficiente, no hay ciudadanos en Arrecife para llenar tanto espacio vacío. Y ha sonado por cierto a cantos celestiales, por no decir tomadura de pelo a la ciudadanía, que ahora insinúe que una vez que se hagan todos estos cambios se hará la consulta al pueblo. ¿Para cuándo alcaldesa? ¿Para después de las elecciones?