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Clavijo, contra la ambigüedad


Es de agradecer que un político sea claro a la hora de responder a los periodistas cuando se le pregunta por temas sensibles. Y en Lanzarote el asunto del territorio lo es. Es el caso del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que pasó el martes, día 18, por los estudios de Lancelot Televisión, donde se le realizó una amplia entrevista y respondió a las preguntas del director de ese medio Jorge Coll sobre la Ley del Suelo y La Geria, sin complejos. Los complejos al que dirán en esta isla han conseguido el efecto perverso que los intereses espurios de organizaciones políticas, despachos de abogados o determinados empresarios del llamado eje del mal venzan sobre el sentido común. A quienes osen criticar o salirse del mensaje único que ellos marcan para su enriquecimiento personal, la mayoría de las veces se les margina y se les descalifica. Entre el sí y el no hay una amplia gama de colores, de matices que ellos combaten con el están conmigo comulgando con ruedas de molino o contra mí. Se convierten en inquisidores, interpretan las leyes a su antojo y sitúan a buenos o malos según coincidan o no con sus intereses. Nos gusta Fernando Clavijo cuando denuncia con contundencia las falsedades que se han emitido contra el contenido del proyecto de la futura Ley del Suelo de Canarias, que está ahora en fase parlamentaria. Y sobre todo se defendió contra los que el tildó como “ecologistas de ciudad” (esa gente ociosa de Arrecife que habla del sector primario sin saber lo que cuesta mantener una finca, una parra o ganado en una isla como Lanzarote. Y es que ese sector “pijoprogresista” de Lanzarote prefiere que el campo se siga abandonando y que cada vez haya más aulagas en los terrenos a que se premie a quien en estas islas se dedique a plantar papas o parras en lugar de complicarle la vida con una burocracia inaguantable.

 

Vivir del sector primario

 

Y es que la futura Ley del Suelo, que una parte pequeña del PSOE en Canarias ha querido utilizar como arma interna para sus disputas por el control de la organización, facilita las actividades complementarias en el sector agrícola y ganadero. Darle un “premio” (no un castigo) a aquellas personas que apuesten por la recuperación del campo permitiendo que paralelamente a sus plantaciones agrarias o explotaciones ganaderas puedan realizar visitas guiadas, un pequeño restaurante o un museo y que puedan hacerlo sin tanto papeleo sin que penda sobre ellos (como ahora) una legislación punitiva. Ya está bien de seguir cediendo contra esos mensajes oportunistas, populistas de engañabobos que practican algunos lobbies ecologistas y despachos de abogados que se han hinchando económicamente, que viven como reyes, y encima descalifican a los que realmente trabajan por esta tierra. Hasta que no se acabe con esos grupos que ahora están desubicados, o medios cabreados porque no están sustrayendo todo lo que hasta ahora se metieron en los bolsillos a costa del trabajo de otros, en esta isla no reinará el sentido común.

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