Barreto, regreso al pasado
Andrés Barreto quiere seguir siendo protagonista político de la isla y regresar al pasado , cuando él él se movía como pez en el agua por los medios de comunicación contando sus “batatas” que la mayoría se tragaban gustosamente. Era los años en los que Lanzarote era Jauja y nadie se preocupaba de las empresas públicas. Barreto ha representado para muchos lo peor del sindicalismo. Marrullero, enredador y ventajista, se dedicó sobre todo al “negocio” de “defender al trabajador de empresas públicas”. De hecho, utilizó siempre políticamente a los comités de empresas para sus intereses y de los propios trabajadores por mucho que fueran contra los intereses generales de la propia empresa o de la isla. Andrés Barreto sabía de las debilidades del sistema y se aprovechó, como buen sindicalista que era. Sabía lo que se cocía por dentro, conocía o intuía los mecanismo de presunta corrupción en la que vivían esas empresas públicas y sus gestores para tener siempre ventajas en las negociaciones de los convenios colectivos. Sin duda, los convenios claramente injustos para el interés general y de Lanzarote que se firmaron en los Centros Turísticos y en Inalsa, junto a la nefasta gestión política, además del presunto saqueo de las arcas, llevaron a esas empresas del Cabildo de Lanzarote a la ruina. Pues bien, ahora que los Centros Turísticos empiezan a salir del lodo que dejaron los anteriores gestores, entre otros, la gestión nefasta del socialista, Carlos Espino, en su época de consejero delegado, con unos 20 millones de euros de deuda, empieza a criticar a los nuevos gestores que sólo han puesto un poco de criterio empresarial a esos negocios. Ya nos cuentan que está enredando para que los trabajadores se opongan al plan de salvación firmado en su día. Lo destacable, insistimos, no es que no se “enteró” o si se enteró miró para otro lado cuando presuntamente más se saqueaba la “caja” de los Centros Turísticos, sino que trate de descalificar la gestión que desde hace unos años los ha llevado por buen camino aunque, ciertamente, todavía quedan muchas cosas por mejorar. El motivo no es otro que el que el Comité de Empresa ha perdido fuerza y algunas batallas ante la opinión pública. Sobre todo desde que Ástrid Pérez, y luego Pedro San Ginés, mandaron a parar.
Política viejuna
Y llama la atención lo de los CACT's todavía más que critique y ponga en duda los resultados de la externalización de la antigua Inalsa . Una externalización que evitó que Lanzarote se quedara sin agua y que la empresa cerrara por ruina como iba encaminada sino se revertía la situación. Pues ahora que empieza a verse la luz al túnel recurre de nuevo a su política viejuna que ya todos creíamos desparecida. Empieza a enredar y a cuestionar el resultado de esa externalización cuando gracias a esta no sólo Lanzarote tiene agua cuando abre el grifo, sino que ha salvado a la numerosa y bien pagada plantilla de la antigua Inalsa. Nos parece bien que denuncié la desastrosa gestión y el posible saqueo que entre unos y otros pudieron cometer con la antigua Inasla, e incluso que intente que paguen los culpables del desaguisado, ya sea por omisión del deber de proteger el dinero público; pero echamos de menos que cuando en los años 90 y en los primeros años de la década del 2000, medios como éste denunciabamos la nefasta gestión, el inquietante sindicalista nunca dijera nada o muy poco. O al menos concluía las denuncias cada vez que cerraba un convenio colectivo por muy contraproducente que fuera para el futuro económico de la empresa. Ahora, cuando la producción y distribución del agua casi ha dejado de ser un problema en Lanzarote, se pone de nuevo las botas sindicalistas para anunciar que regresa con su Alternativa Ciudadana como jinetes de la apocalipsis a denunciar el concurso de acreedores voluntario al que llevó a la empresa Manuela Armas como única solución de poner el cartel de cerrado por ruina .aunque en el fondo lo que pretende denunciar Andrés Barreto es la externalización del servicio público a una empresa privada. Porque en el fondo no puede permitir que Pedro San Gines tuviera los arrestos suficientes para acabar con el poder desorbitado que tenían las dos empresas públicas más importante de la isla. Por lo tanto, con el poder que en la sombra se le presumía a Andrés Barreto. Y sobre todo porque desde que el Comité de Empresa está callado la antigua Inalsa y los CACT's han funcionando mejor que nunca. Ese es el problema. Como lo tendrá el joven Tomás López con la Alternativa Ciudadana que Barreto maneja a su antojo y que ya ha declarado la guerra a Somos Lanzarote. Entre otras cosas porque Tomás López no es de su cuerda.