Armando líos de nuevo
Armando Santana, sin reunirse con nadie de su partido y sin encomendarse a Dios ni al diablo (para eso están las urracas de El Reducto que lo utilizan de bobo útil) saca una presunta nota de prensa en nombre de Nueva Canarias de Lanzarote exigiendo (jajaja, quién será este para exigir nada) a Pedro San Gines “la inmediata retirada” de la modificación puntual número 1 del Plan Especial de La Geria del pleno del viernes. Una modificación, que por cierto no se va a llevar, y donde el representante de Nueva Canarias, el consejero Juan Manuel Sosa, con buen criterio la apoya . Y don Armandojaleo en lugar de callarse, se mete en ese lío para dejar en evidencia una vez más que nadie le hace caso en la fantasma Nueva Canarias. Pues bien, este personaje, especialista en armar jaleo y sobre todo en espantar a cualquier votante del partido al que él pertenezca (ya lo consiguió en el PP y ahora en Nueva Canarias donde no salió concejal de Arrecife, algunos dicen que por suerte para esta isla) cree que aprobar una modificación del Plan Especial de La Geria es malo para Lanzarote.
En su desconocimiento no sabe que esa modificación lo único que conseguiría es que La Geria siga como está. Eso sí, con seguridad jurídica y no bajo el yugo de que en cualquier momento puedan cerrar o declarar ilegal las obras de ampliación que todas las bodegas han realizado. Ampliaciones necesarias simplemente para poder acoger todo el vino que necesitan y convertirse en centros de visitas modernos y adaptados a los nuevos tiempos. Algunas de estas bodegas además ha conseguido darle un plus de calidad al espacio y a la visita turística. Lo que se conoce como turismo de sensaciones. La gente no sólo quiere ver paisaje, sino sentirlo, experimentar con él. Una especie de parque temático. La Geria ha funcionando en los últimos diez años como nunca. Como nunca se ha sacado tanto vino y de tanta calidad. Y como nunca, los viticultores, los mantenedores del paisaje, han cobrado la uva tan cara y tan temprano, a excepción precisamente de este año entre otras cosas por cerrarse Stratvs y aprovecharse alguna bodega de la ley de la oferta y la demanda. Pero ese no es el tema que nos ocupa hoy.
Nace cojitranco
Cuando todo el espacio natural de La Geria funcionaba estupendamente, cuando estábamos en un círculo virtuoso difícilmente superable, nace un Plan Especial de La Geria, que comenzó a redactarse hace 15 años, donde se reconoce el carácter vital de las bodegas para el paisaje, pero un plan que nació cojitranco . Y nace cojo porque nada más aprobarse resulta que no reflejaba la realidad física de la nueva Geria. No se recogía que en todo ese tiempo las bodegas han crecido de forma natural. De ahí que el sector vitivinícola, a través del Consejo Regulador del Vino de Lanzarote, haya solicitado al Cabildo hace meses una modificación puntual de ese Plan para dar seguridad jurídica a las bodegas y que ese círculo virtuoso (viticultores, bodegueros y paisaje) siga por el buen camino.
Pues bien, en lugar de aplicarse el sentido común y beneficiar al interés general, se utilizan guerras sucias y vendettas del llamado grupito del despacho de La Plazuela, las personas que más se han enriquecido con el dinero público en esta isla, para atacar a un bodeguero en concreto sin importarles perjudicar al resto de bodegas y al mismo espacio protegido. Porque aquí por muchas vueltas que le den a la pelota, sólo hay un debate. ¿Se quiere que el paisaje de La Geria siga funcionando tan bien como hasta ahora o se quiere que reine la incertidumbre en el sector vitivinícola y la inseguridad jurídica en perjuicio de todos y del propio espacio protegido? Los que creemos que es del género tonto apostar por la segunda opción, tenemos claro que hay que hacerle caso al sector y aprobar esa modificación puntual que daría garantías para que las bodegas se encontraran cómodas, siguieran invirtiendo en mejorar sus instalaciones, aumentando su capacidad de almacenamiento y en definitiva que La Geria sea un negocio rentable para que no se abandone como ocurrió en los años 80 donde se dejaron de arreglar los hoyos y se abandonaron varias decenas de hectáreas de zona de cultivo. Por eso, resulta desolador comprobar la guerra que algunos quieren seguir haciendo a costa de La Geria y de los viticultores por el odio y rencor a un empresario que no le ha bailado el agua (no les afloja un duro) y porque un presidente del Cabildo les cortó el “grifo” del dinero público. No hay más, todo se reduce a eso. ¿Cuanto daño más necesitan hacer para saber que ya han hecho demasiado a esta isla?