Cómo hacer masa de pizza en casa (riquísima)
Hacer una masa de pizza en casa no es tan complicado como parece: cinco ingredientes, un poco de tiempo y... ¡bon appetit!
¿A quién no le apetece una pizza? Esta comida típica italiana complace el paladar de personas con todo tipo de gustos: carne, atún, verduras, quesos, barbacoa, carbonara, picante, con piña o sin ella… podemos hacerla cómo queramos, ya que a la hora de añadir ingredientes la creatividad es casi ilimitada. Hay quien la pide (o la cocina), incluso, sin tomate. Aunque no se recomienda su consumo habitual por su valor calórico, es una gran acompañante para un día del fin de semana, por ejemplo. Viendo la última serie de Netflix, el partido de fútbol de tu equipo, el programa televisivo de moda, para una quedada entre amigos, parejas… hasta los abuelos se suman cada vez más a la fiebre de la pizza.
Somos muchos los que preferimos que nuestra pizzería favorita nos traiga las pizzas a casa, así no invertimos nuestro codiciado tiempo libre en ponernos a cocinar. O también aprovechamos para comer en el restaurante y desconectar del ajetreo del día a día. Sin embargo, hacer una masa de pizza en casa no es tan complicado como parece. Hay que seguir unos cuantos pasos sencillos y disponer de únicamente cinco ingredientes. Tardaremos entre 45 y 75 minutos. Vamos allá.
Ingredientes para hacer masa de pizza casera (dos pizzas grandes)
- 400 gramos de harina de fuerza
- 200 mililitros de agua tibia
- 50 mililitros de aceite de olive virgen extra
- 30 gramos de levadura fresca
- 10 gramos de sal
Pasos a seguir para hacer masa de pizza casera
Agregamos la harina en un bol, de forma que quede un hueco en el medio del mismo. En el espacio que hemos dejado, echamos el agua tibia y la levadura fresca. Terminamos agregando una pizca de sal y una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
Una vez están todos los ingredientes en el bol, comenzamos a pellizcarlos con las puntas de los dedos, desde el centro hacia fuera. Lo revolvemos todo.
Cuando estén todos los ingredientes mezclados y tengamos una masa moldeable, que se despegue fácilmente de las manos, podemos dejarla reposar. Si vemos que continúa pegajosa, añadimos un poco más de harina de fuerza.
Tapamos el bol con un paño y dejamos reposar la masa 30 minutos (si hace calor) o una hora (si hace frío). Depende de la temperatura ambiente. Tras el reposo, ha de triplicar su tamaño.
Una vez ha reposado, presionamos la masa con las manos (levemente) para que salga el gas de la fermentación.
Ahora, enharinamos la superficie de una mesa. Ponemos la masa sobre ella y la dividimos en el número de pizzas que vayamos a hacer. En este caso, dos grandes o tres medianas. Las amasamos unos segundos y les damos forma de bola.
Estiramos la masa con la palma de la mano para darle forma de pizza, es decir, redonda. Aunque también puede ser rectangular. Bueno, la forma también es al gusto de cada uno. Intentamos que quede uniforme, que tenga el mismo grosor en toda la base. Si lo deseamos, podemos dejar los bordes más gorditos.
Colocamos la masa sobre una bandeja de horno y añadimos nuestros ingredientes favoritos. ¡Y horneamos! Recuerda, si vas a invitar a más gente a comer, pregúntales antes si les gusta la piña.