Descubriendo a Dolores Corujo
Por Pedro M. San Ginés Gutiérrez
¿Quién es Dolores Corujo? Candidata al congreso del PSOE por la provincia de Las Palmas
Por primera vez en la historia, una lanzaroteña encabezará una lista al Congreso por la provincia de Las Palmas, con el hándicap o ventaja, según para quién, de ser una desconocida para las sociedades "majorera y canariona" y de ahí esta presentación.
En Lanzarote, por contra, Corujo goza de una gran popularidad –que no valoración– por ser secretaria general del PSOE desde hace 12 años, pero especialmente por haber sido la última presidenta del Cabildo de Lanzarote y antes alcaldesa de San Bartolomé. Por eso considero importante que las otras dos islas de la provincia conozcan de su patria chica, donde Dolores Corujo ha sido la gran castigada en las últimas elecciones, precisamente por el propio votante socialista y muy especialmente por el municipio que mejor la conoce, el que la vio nacer y sufrió como alcaldesa.
Prueba empírica de lo que digo es que, mientras el PSOE ganó las elecciones de manera rotunda en cinco de los siete municipios de Lanzarote, incluida la capital, fracasó estrepitosamente en su primera tentativa de reeditar su cargo como presidenta del Cabildo, recibiendo un rotundo castigo de sus propios votantes, quienes la condenaron a la oposición por su nula capacidad de gestión al frente de la primera institución insular. Pero, si claro fue el veredicto insular, más palmario fue el de su municipio natal, San Bartolomé, donde mejor la conocen y por eso perdió el 33% de los votos que obtuvo el candidato socialista, proclamado alcalde con mayoría absoluta.
Dijo Dolores Corujo en el acto de investidura de su sucesor, Oswaldo Betancort, que la culpa de su derrota fue del COVID, que en Lanzarote por lo visto solo llegó al Cabildo, del volcán de La Palma –ver para creer–, y de la guerra de Ucrania. Pero la verdad es bien distinta. Muy al contrario, el COVID fue su gran tabla de salvación por dos razones; la primera es que le sirvió como pretexto para todo lo que no hizo, incluida la nula inversión en infraestructuras mientras Lanzarote batía récords en consumo de cemento y bloque. Y la segunda es que la suspensión de las reglas de gasto le permitió repartir recursos –lo único que hizo– de manera grosera a diestro y siniestro en plena campaña electoral, en un indecente intento de comprar –casi siempre sin éxito– toda clase de voluntades.
Pero no, Dolores. No es así.
La clave de la derrota de Corujo es bien sencilla: no haber dado respuesta a ninguno de los problemas de Lanzarote, ni siquiera reclamando soluciones y guardando un silencio absoluto ante el drama de la inmigración en Canarias, donde Lanzarote se ha convertido en una mortífera puerta de entrada a Europa. Esa desgraciada ruta que Pedro Sánchez no considera parte de España.
Y no lo hizo, entre otras cosas, porque Dolores centró todas sus energías en destruir a toda costa los proyectos e imagen de su antecesor –quien suscribe– como si le fuera la vida en ello para apuntalarse en el poder, consciente de que, tras dos victorias consecutivas y diez años de Coalición Canaria en la presidencia, habíamos obtenido el mayor número de votos de nuestra historia en 2019, aunque perdimos por algo más de un centenar ante una marea socialista que sabía ajena a sus méritos.
Su maquiavélico plan fue inducir en unos casos y presentar en otros, una batería de querellas judiciales contra mí para apartarme de la carrera a la presidencia, cosa que logró. La más grave, por supuesta pertenencia a banda criminal y el crimen organizado, incorporando en ellas casi todos los delitos que contempla el código penal, y que provocó ríos de tinta y múltiples portadas en los que fui tratado como el mayor capo de la mafia de la historia de Canarias. Y lo peor es que lo hizo ocultando múltiples informes y documentos oficiales a los alcaldes de Lanzarote para incriminarme, por lo que muy pronto será ella quien resulte imputada por denuncia falsa.
Imputada por eso y por ampararse, para mantenerse en minoría en el poder, en un tránsfuga de CC como Juan Manuel Sosa; un médico que ha cobrado unos 250.000 euros pagados indebidamente por el gobierno, según el propio ejecutivo autonómico, y que engañó al Servicio Canario de Salud con la connivencia de ambos gobiernos, el de Corujo y Ángel Víctor Torres, tal y como hemos denunciado en los tribunales.
Estas son las credenciales que presenta la candidata del PSOE por la provincia de Las Palmas, desconocida en Gran Canaria y Fuerteventura, pero de una catadura moral y balance de gestión bien conocido y rechazado hasta por el propio socialismo en Lanzarote: una isla donde vaticino que pronto seré el expresidente multi absuelto, y tendremos una expresidenta y diputada multi imputada.
A todas estas, el próximo 23-J no podemos elegir al presidente de España, pero sí a María Fernández y Cristina Valido al congreso por CC, y a nuestros candidatos al Senado, sin duda las mejores opciones para representar los intereses de Canarias en ambas cámaras.