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Canarias en el horizonte del mundo medieval: tras “Malocello”, el enigma de “Nicoloso”

*Presidente de la Sociedad Dante Alighieri - Comité de Canarias

* Corresponsal Consular de Italia en Lanzarote

 

 

Una bandera con una cruz en el suelo de una isla del archipiélago canario. El mapamundi de Angelino Dulcert lo dice claramente: cruz roja sobre fondo blanco. ¿Qué representa? El primer pensamiento se dirige a Génova porque los genoveses eran los expertos navegantes, los llamados sabedores de mar; además, la bandera genovesa tenía precisamente estos colores y este símbolo. Pero ¿por qué no se menciona el descubrimiento de las Islas Canarias en los Anales de Génova? ¿Por qué no se menciona en los documentos oficiales de Génova? Otra reflexión: Giovanni Boccaccio, cuyo 650 aniversario de su muerte nos disponemos a celebrar en 2025, menciona aNicoloso da Reccoy nos muestra, al final, su documento de identidad.Hasta entonces, hasta el refinamiento de un escritor del calibre de Boccaccio, Nicoloso da Reccono había descendido aquí entre nosotros. Por tanto no era parte del mundo: no había existido. Resumen: las Islas Canarias no citadas como descubrimiento en escrituras oficiales o documentos contemporáneos al propio descubrimiento; Nicoloso da Recco como segunda noticia, que nos da Boccaccio. ¿Pero quién le reveló esa existencia al escritor de Certaldo? Sabemos que era amigo de la noble familia Bardi, banqueros florentinos, por lo que fueron estos últimos quienes le hablaron del segundo descubridor de las Islas Canarias.Una vez más la ausencia de un icono es un hecho desfavorable para nosotros.  Nicoloso da Recco, el segundo descubridor de las Islas Canarias. Si, como se supone, nació a principios del siglo XIV, lo situamos, a modo de retrato, entre esa corporación de hombres, mitad nobles y mitad de espíritu aventurero, que se trasladaron desde un palacio de la ciudad a la zona portuaria. Nació presumiblemente a principios del siglo XIV, en el seno de una familia procedente de la localidad de Recco, en la costa oriental de Génova, que probablemente ya se había instalado en la ciudad durante el siglo XIII. Se dispone de muy pocos datos sobre la vida de Nicoloso, ya que, como en el caso de su contemporáneo LanzarottoMalocello, la documentación oficial genovesa guarda completo silencio sobre él, mientras que la información derivada de otras fuentes no siempre es fiable o de interpretación inequívoca.

El nombre de Nicoloso era completamente desconocido para la historiografía hasta el momento de su descubrimiento dentro del llamado ZibaldoneMagliabechiano (conservado en Florencia, en la Biblioteca Nacional Central) de una obra menor de Boccaccio, el “De Canaria et insulisreliquis ultra Hispaniam in Oceanonoviterrepertis” (1342), identificado por Sebastiano Ciampi, quien lo publicó por primera vez en la Antología del Vieusseux en 1826 y luego en un volumen en 1827. Daba la noticia de que en 1341 Nicoloso había encabezado, junto con el florentino Angiolino del Tegghia di Corbizi, una expedición naval organizada por el rey Alfonso IV de Portugal, durante la cual se había explorado el archipiélago canario, al que ya había llegado unos años antes la expedición anterior dirigida por LanzarottoMalocello, quien había descubierto la isla de Lanzarote. Después de la publicación de De Canaria, el nombre de Nicoloso fue citado ampliamente y constantemente en la mayoría de las obras sobre historia de la geografía y la exploración, aunque la información sobre su persona permaneció absolutamente vaga. Las escrituras notariales genovesas permitieron identificar con seguridad a algunos de los familiares de Nicoloso, como su hermano Enrico, un boticario profesional y la cuñada Raffetta de NiccolòVinciguerra de Castro.

El estrecho vínculo existente con la iglesia de NostraSignora del Carmine en Génova, cerca de la cual probablemente vivían Nicoloso y sus familiares, está confirmado por el texto de una lápida perdida, fechada el 20 de diciembre de 1364, relatada por un estudioso del siglo XVIII (D. Piaggio, “Epitaphia, sepulcra et inscriptiones cum stemmatibus, marmorea et lapidea, existenciabus in ecclesiisgenuensibus”, 1720: Génova, Biblioteca Cívica Berio, mr V, 4, 1, c. 255): «DOM MCCCLXIIII die XX decembris. Frater Magister Petrus de Albertispapiensis cum eiusconventuOrdinisFratrumSancte Marie de Monte Carmelieo obligante imperpetuumcelebrariunammessam pro anima Nicolosii de Recco et heredumsuorum pro beneficio magno recepto ab eo et recepturo».El año de muerte de Nicoloso que se puede obtener de la lápida coincide con los datos procedentes de una fuente erudita del siglo XVI (Origine dellefamiglie di Genova, Archivio di Stato di Genova, ms. 170, cc. 743r, 744r ), según la cual Nicoloso habría sido miembro del Consejo de Ancianos del Municipio en 1352, 1356, y estas fechas no excluyen un nacimiento a principios de siglo, y aparecen probable y compatible con una muerte en 1364.El rango nobiliario generalmente atribuido a Nicoloso en la historiografía no parece del todo seguro; Ciertamente estaba muy bien insertado en los círculos del poder económico y político de Génova, como lo demuestra el matrimonio de su hermano con un de Castro y su propio matrimonio con la hija de otro noble, GuglielmoCattaneo, con quien tuvo su hijo Michele, quien aparece en un acta notarial de 1352 como testigo.La combinación de estos datos permite trazar un retrato de Nicoloso coincidente con el de otros ricos empresarios de Génova de la época: dedicados al comercio y a la administración de la ciudad en puestos de responsabilidad, en relación con el nuevo poder popular, pero vinculados a las familias de la antigua aristocracia que había dominado la ciudad de Genova.

 

Algunos estudiosos plantean la hipótesis de que tanto Malocello como Nicoloso formaban parte de un grupo de técnicos reunidos en torno al almirante genovés Emanuele Pessagno. Lanzarotto Malocello y Nicoloso da Recco, compañeros de viaje para algunos: podemos suponer con razón la existencia de un fuerte vínculo entre las dos familias ricas, basándose en documentos encontrados en los archivos genoveses. La reflexión en este punto se amplía hasta el punto de formular nuevas hipótesis que sugerirían el viaje a las Islas Canarias en 1341 emprendido por Nicoloso da Recco y Angiolino del Tegghia di Corbizzi bajo la dirección "experta" de LanzarottoMalocello, que bien pudo ser el comandante del tercer barco de aquella expedición de Lisboa a Canarias.Esto justificaría sobradamente el poco tiempo que tardó (sólo cinco días) en llegar a Lanzarote, teniendo en cuenta que Malocello ya tenía conocimiento directo de esa ruta ypuede ayudar a explicar el silencio de las fuentes genovesas al respecto, silencio reforzado por el secretismo que los portugueses ya tendían en aquella época a ocultar sus operaciones de exploración oceánica. Un viaje, por tanto, como consolidación de una amistad ya fuerte. Mientras continuamos nuestros trabajos de excavación, tenemos la confirmación de esta amistad familiar en un testamento redactado en presencia del notario Giacomo Casanova, que data del año 1350, precisamente el 21 de diciembre, de una tal Despina BestagnoquondamGuglielmo, esposa de NicolinoMalocello.

 

 

El documento trata de algunas sumas de dinero destinadas a su entierro en la iglesia de San Francisco de Génova y de él se desprende la existencia de vínculos matrimoniales. La mencionada Despina, viuda de un Fieschi, se casa con un Malocello (Nicolino) y, poco después, su hija, Francolina, se casa también con otro Malocello, llamado Giacomino, hijo de su segundo marido Nicolino. Al final del acto encontramos a Nicoloso da Recco entre los testigos, confirmando los vínculos existentes entre la familia de Nicoloso y la de los Fieschi y Malocello.                                                                                 

Sin embargo, muchos misterios persisten y se ciernen, aún hoy, sobre los dos personajes a los que sin duda las Canarias actuales deben agradecer su entrada en la historia moderna.

 

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