Los pisos turísticos se transforman en alquileres tradicionales debido a la pandemia
"Se está produciendo un trasvase de viviendas del mercado del alquiler turístico al mercado de alquiler tradicional", Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso
El mercado de pisos turísticos es uno de los segmentos de producto inmobiliario que más está sufriendo en la crisis producida por la COVID-19: se destaca una caída de la demanda por problemas de movilidad y acceso a España y a las ciudades donde existe oferta de pisos turísticos.
Frente a esta situación, los propietarios de los pisos turísticos, ante la imposibilidad de poder alquilar sus inmuebles a turistas obteniendo una rentabilidad alta, están poniendo esas viviendas en alquiler tradicional, es decir, "se está produciendo un trasvase de viviendas del mercado del alquiler turístico al mercado de alquiler tradicional", según afirma Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso.
Este cambio es positivo para el mercado del arrendamiento convencional, ya que incrementa la oferta de inmuebles, dato que podría incidir en los precios; por otro lado, "contribuye a agravar más la crisis del segmento de los pisos turísticos, porque detrae oferta, por lo que, cuando se recupere la situación, habrá un menor volumen de oferta que podrá provocar un incremento de los precios", señala Emiliano Bermúdez.
El incremento de oferta de viviendas en alquiler no satisface la demanda existente
Según el subdirector general de donpiso, "en los alquileres tradicionales no se ha notado una bajada de precio contundente: se producen variaciones muy lentamente, alrededor del 1-2%, y dependiendo de las localizaciones". Esto se debe a que, incluso con el incremento de la oferta de pisos por el traslado de los alquileres turísticos al arrendamiento tradicional, "la demanda de alquiler convencional es tan grande que el incremento de oferta no es suficiente para que ese efecto se traslade a los precios", explica Bermúdez.
En este contexto, la demanda en el sector inmobiliario se ha deteriorado con la bajada del poder adquisitivo, generada por la incertidumbre económica y la pérdida de empleo, entre otros motivos. Dado que se está produciendo un empobrecimiento generalizado en las economías domésticas, la capacidad de compra de inmuebles se ve afectada, por lo que aumenta la demanda de viviendas en alquiler: "El mercado del alquiler tradicional sigue estando muy tensionado, porque todas aquellas familias que no pueden permitirse comprar una vivienda por la situación económica que viven tienen que alquilar, sumándose a la gran demanda de pisos en alquiler", apunta Emiliano Bermúdez.