La Justicia confirma la absolución del PP por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas
La extesorera Carmen Navarro; el responsable de su asesoría jurídica, Alberto Durán; y el jefe del departamento de sistemas informáticos, José Manuel Moreno, quedan absueltos
La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado la absolución del PP y de tres de sus trabajadores de la acusación de destruir los ordenadores de su extesorero Luis Bárcenas con intención de eliminar su información para entorpecer la investigación que se seguía en la Audiencia Nacional por la caja B. La Audiencia ha desestimado los recursos presentados por las acusaciones populares, únicas que acusaban en esta causa, dado que la Fiscalía optó por no presentar acusación por estos hechos y el propio Bárcenas retiró la suya antes de que se cerrase el procedimiento judicial.
En la sentencia, que ahora ratifica la Audiencia Madrid, quedaron absueltos, además del partido, los tres trabajadores: la extesorera Carmen Navarro; el responsable de su asesoría jurídica, Alberto Durán; y el jefe del departamento de sistemas informáticos, José Manuel Moreno, acusados de delitos de encubrimiento y de daños informáticos, éste último solo imputado al PP.
En su día el juez Eduardo Muñoz de Baena no consideró probado que cuando se produjo el proceso de borrado se demostrara que los acusados conocieran que, de haber existido archivos relevantes en el disco duro, éstos tuvieran un valor económico significativo y no estuvieran a salvo en el pendrive entregado en el Juzgado Central de Instrucción nº 5 o en otro soporte de almacenamiento, bien conservado por Luis Bárcenas, bien incluido en los servidores de correo corporativo del PP. Por este motivo, en cuanto al delito de encubrimiento, el juzgador aplicó el principio ‘in dubio pro reo’.
Durante el juicio, Bárcenas enmarcó la destrucción de los ordenadores en la operación de la policía política del PP para abortar el caso de la caja B. El extesorero del PP argumentó que destruir dos memorias informáticas es "muy sencillo" si se compara con enviar un falso cura para secuestrar a su familia, que un comisario allane el taller de su esposa, que su chófer fuera captado, que éste clonara sus teléfonos y que unas grabaciones acrediten que la número dos del PP entonces, María Dolores de Cospedal, pidió al policía Villarejo que saboteara el caso Gürtel.