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Lionel Morales, el hombre que no conoce la palabra rendición

Hace 27 años un accidente cambió su vida, pero lejos de rendirse ha logrado llevar el nombre de Lanzarote por todo el mundo como triatleta

 

  • Lancelot Digital
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    El universo de Lionel Morales cambió en 1997. Este lanzaroteño, nacido casi por casualidad en Caracas, pero criado en la isla de donde procedía su familia, siempre fue muy deportista. Era un chico como todos los demás, risueño y siempre rodeado de amigos. Pero la vida hizo uno de sus giros inesperados un buen día, hace ya 27 años. Él iba en moto con su novia, otro motorista le adelantó a gran velocidad, y tuvo un accidente. El chico falleció y su moto cayó sobre la de Morales que salió despedido contra una valla. En el impacto perdió una pierna. Aquel debió haber sido el peor día de su vida, pero el Universo aún no sabía que no tenía intención alguna de doblegarse.

     

    Lionel Morales hasta aquel momento trabajaba como barman en el Cabildo, pero su nueva situación no le permitía trabajar en el volcán debido a la prótesis, así que se planteó estudiar unas oposiciones para la Casa Cabildo. Se presentó y aprobó. Primer triunfo.

     

     

    Ese detalle ya dejaba claro que no se trataba de un hombre que se viniera abajo ante las dificultades, aunque éstas fueran tan duras como las que vivió. Como siempre había sido un buen deportista, decidió que eso tampoco lo iba a dejar. “Tuve que volver a aprender a hacer deporte, natación, ciclismo... Creo que tuve una recuperación rápida, aunque no fue fácil adaptarme a la prótesis y, cuando me quise dar cuenta, estaba compitiendo en triatlones a nivel mundial”.

     

    Y no solo comenzó a competir, comenzó a marcar la diferencia. A llevar al extremo sus propios límites hasta superarlos. Y lo ha hecho con creces: participó en los Juegos de Río de Janeiro de 2016 donde fue el único deportista español que participó en su modalidad, campeón del mundo de duatlón, varias veces campeón del mundo de triatlón; participó recientemente en los Juegos Paraolímpicos de París, donde obtuvo un sexto puesto en la disciplina PTS2 de Paratriatlón, y no descarta acudir a los próximos juegos, si le es posible.

     

     

    Pero un diploma no fue lo único que Lionel obtuvo en París. De allí, además se lleva un recuerdo imborrable para su pareja, Jessica Sartori, y para él. El triatleta lanzaroteño, a apenas un par de días antes de la que podría ser la carrera más importante de su vida, decidía dar un paso más allá en su relación. En plena ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos de París, con la participación de la representación de 4.400 atletas de 168 delegaciones participantes, se arrodilló, tratando de contener sus nervios, ante su novia y le pidió que se casara con él. Ella, al principio incrédula, se echaba las manos a la cara para, poco después, decir el “sí, quiero” a Lionel y provocar el aplauso de todos los que asistían al momento.

     

    Un momento para no olvidar en la trayectoria de un hombre que no conoce la palabra rendición. Un ejemplo y un orgullo para la isla.

     

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