Quesería El Faro celebra cinco años de nueva gestión
La familia Viña Melián sigue apostando por la expansión
Hace cinco años, la familia Viña Melián decidió enrumbarse en un proyecto ambicioso: rescatar el legado de la Quesería El Faro, la más antigua de Lanzarote. Desde entonces, los hermanos Luis y Omar, afincados en la isla desde 2016, han trabajado de manera incansable hasta alcanzar una evolución del trescientos por ciento. Este hecho, afianzado en múltiples experiencias, son motivo de celebración.
A propósito del quinto aniversario de la nueva gestión de El Faro, conversamos con sus dos principales impulsores: Luis y Omar Viña Melián, quienes ofrecen una revisión de los objetivos logrados. En primer lugar, destacan el aumento de la producción lechera, pasando de 300 litros a 2000 litros diarios. Asimismo, la compra de leche a ganaderos de Lanzarote y Fuerteventura para la elaboración de los quesos antes se ubicaba en 2000 litros y ahora en 12 mil litros diarios.
Estos números demuestran un crecimiento importante, clave esencial para que se reconozca entre las principales de toda Canarias. Actualmente está entre las primeras queserías que procesan la mayor cantidad de leche de cabra en el archipiélago. Además, son la única quesería en la historia de Lanzarote que importa leche desde Fuerteventura. Antes, sucedía lo contrario: aproximadamente el ochenta por ciento se exportaba y ahora tan solo un veinte por ciento de la leche que se produce en la isla se despacha a Fuerteventura.
Por otra parte, la expansión de El Faro es notable, específicamente en la ampliación de los puntos de venta. Los productos se ofrecían únicamente en Lanzarote, mientras que, gracias a los esfuerzos por distribuir en nuevos lugares, está presente en Fuerteventura —la primera isla en explorar fuera del territorio conejero y donde cuentan con una gran aceptación—, así como Tenerife, La Palma y Gran Canaria.
Esta última representa un reto mayor, pues es donde operan las grandes queserías. Sin embargo, poco a poco se están abriendo paso. En Lanzarote es donde tienen mayor aceptación, porque representa tradición e identidad.
Perspectivas para el futuro
Los logros conseguidos hasta el presente no son el límite. Luis y Omar, de profesión economista y veterinario respectivamente, son dos visionarios. Recuerdan que, en 2017, cuando después de bucear entre distintos negocios, se decidieron por El Faro, la adquisición de maquinaria para mejorar la producción y lograr ser eficientes en los procesos, fue fundamental para levantar la marca “que estaba un poco dormida”. Los resultados compensan la inversión de tiempo y esfuerzo. No obstante, la historia continúa con miras a crecer.
El paso más urgente es la automatización de los procesos para continuar ofreciendo precios accesibles de cara a la competencia y continuar afianzándose en Gran Canarias para ampliar el mercado a la península y el mundo. Todos estos cambios buscan conseguir un objetivo mayor: una transformación completa de las instalaciones. Desde 2017 se hicieron los primeros bocetos, y se espera que en cinco años los corrales estén adelantados.
También se espera incursionar en la diversificación de los productos y ampliar el catálogo con derivados lácteos. “Tenemos muchos proyectos a futuro y lo fundamental es el aumento de la producción”.
Un legado que traspasa fronteras
Si bien cuando Luis y Omar irrumpieron en el sector había cierto escepticismo, en seguida su labor demostró que buscan el bienestar para todos los ganaderos de Canarias. Por ello, se han empeñado en formar parte de iniciativas que pretenden seguir motivando el trabajo de tantas personas involucradas en el crecimiento económico de las islas.
Una inspiración es su padre, Manuel, quien durante muchos años se dedicó al sector agrícola, y fue un apoyo fundamental en la asunción de este reto. “A mi padre siempre lo tenemos presente, así como los consejos que nos dio. Es nuestro héroe, pasó toda la vida trabajando. Seguir sus pasos será difícil porque dejó el listón muy alto, pudo formar un legado tanto en Venezuela como en Canarias”.