Miguel A. Torres: "César Manrique era un ecologista nato"
Familia Torres cumple este año 150 años como bodega familiar. Es miembro de “Primum Familiae Vini”, una asociación que integra 11 de las familias centenarias elaboradoras de vino más prestigiosas del mundo
Don Miguel A. Torres ha estado recientemente en Gran Canaria y Tenerife, presentando un simposio sobre las “oportunidades del consumo fotovoltaico para la hostelería en Canarias”. Preside Familia Torres y el “departamento de Medio Ambiente y Cambio Climático”. En el periódico Lancelot del mes de marzo, publicamos una entrevista centrada en este interesantísimo simposio, pero también tuvo tiempo para hablarnos de su relación con las islas e incluso con el artista César Manrique, con quien comparte la preocupación sobre los temas del medio ambiente y la sostenibilidad.
Ustedes han crecido a la par en Canarias con el sector de la hostelería, el turismo y la restauración desde los años “60”. ¿Cómo ve la evolución de la gastronomía en los últimos años?
Ahora está correcto, pero sería interesantísimo que subiera el nivel de esta cocina tan tradicional, que por supuesto está muy rica. Sería bueno que surgiera una cocina más innovadora, más original. De hecho, hace 6 años hicimos en Tenerife un simposio -Wine & Culinary- dedicado a Canarias. Vinieron grandes chefs de la península, recuerdo por ejemplo a Martín Berasategui, Carles Gaig, etc. Durante una semana esta gente estuvo en los mercados viendo, conociendo y seleccionando la materia prima, los productos de la tierra y el mar. A partir de ahí comenzaron a elaborar platos ante todo el gremio de hostelería, con productos locales delante de la audiencia. Fue un gran éxito, muchos se sorprendían por la cantidad de elaboraciones y acabados que se podían hacer, tan originales y diferentes, con productos netamente canarios.
Arrecife, capital de Lanzarote, se postula internacionalmente para convertirse en Capital Mundial de la Malvasía.
Personalmente me parece muy bien, excelente. Son ideas originales que además entroncan con la tradición y les deseo mucho éxito. Siempre hemos estado muy unidos al mercado canario y ahora incluso distribuimos vino de varias bodegas canarias.
Usted mantuvo una cierta amistad con César Manrique ¿cómo surgió?
En el año 1977 se produjo un accidente en Tenerife que tuvo su origen en un atentando en el Aeropuerto de Gran Canaria. Fue el peor suceso en número de víctimas de la historia de la aviación con 583 muertos. Esto produjo una importante crisis en el turismo en Canarias y nosotros decidimos hacer una guía turística para el mercado americano, con la intención de atraer turistas al archipiélago canario. El prólogo lo hizo César Manrique. Después nos vimos en dos o tres ocasiones y lo pasamos muy bien. Yo estuve en su casa, la recuerdo llena de plantas que entraban desde el jardín, era algo muy especial. Hablábamos sobre todo lo que ocurría en aquel momento, muy especialmente de la crisis turística que teníamos en aquellos años.
Estamos cumpliendo 100 años del nacimiento de César Manrique, un creador polifacético, que transformó para siempre la isla. ¿Podría ser interesante celebrar esta efeméride con un vino en recuerdo al artista?
¡Tomo nota! Se lo voy a decir al director de la empresa, sería algo original en recuerdo al gran genio lanzaroteño. Era un ecologista nato.
¿Cómo les están afectando los aranceles marcados por EEUU a su empresa y al mundo del vino y la alimentación de nuestro país?
Ha tenido un efecto muy negativo para todas las empresas exportadoras de vino. Nos afecta, pero para nosotros el mercado americano ya no es tan importante, porque otros mercados han pasado por delante. Por ejemplo, hoy en día exportamos más a Rusia y a Canadá que a Estados Unidos, por tanto el efecto ha sido relativo y además se aplica sólo a los vinos de menos de 14º de alcohol por lo que afecta solamente a una parte, los que se sitúan por debajo de esa graduación.
Familia Torres también cumple este año 150 años como bodega familiar de prestigio internacional.
Si ya son cinco generaciones transmitiendo el legado familiar, desde el respeto por la tierra y la tradición y apostando también por la innovación. De momento lo que está ya en el tramo final es un libro, que ha hecho mi amigo Mauricio Wiesenthal. Arranca con la historia en 1860 cuando mi bisabuelo se va a Cuba y acaba con la quinta generación. Es muy bonito, lo ha hecho con un estilo que te engancha y lo lees como una novela.