Luis León, entrevista post confinamiento
La verdad es que a nosotros no nos ayuda nadie, pero si que agradezco lo que han hecho con los ERTE
A mediados de marzo, cuando comenzó a extenderse la Covid 19, las primeras informaciones ofrecidas desde el gobierno de la nación y las autoridades sanitarias, decían que parecía un virus no muy preocupante, que se asemejaba a una gripe. Por desgracia nadie vaticinó que el Coronavirus iba a provocar la mayor crisis sanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. A esto hay que sumarle ahora el impacto tan negativo en la economía, que afecta a la mayor parte de los países del mundo.
Para Luis León, cocinero, restaurador y presidente del colectivo Lanzarote Cocina, el futuro inmediato es hasta cierto punto desconcertante. Lo que más le preocupa es la incertidumbre que se respira en el ambiente, “no saber con certeza cuando podremos decir que hemos acabado con el enemigo, pero hasta que llegue ese momento vamos a trabajar con mucha ilusión y esfuerzo, como equipo, para que nuestros clientes se sientan lo mejor posible en sus momentos de ocio y disfruten en nuestros restaurantes”.
¿Cómo tomaste la determinación de reabrir los negocios?
Cuando comenzamos el 11 de mayo, tenía una incertidumbre muy grande, pero sentía que tenía que hacerlo. Tres días después de haber abierto el restaurante me desapareció por completo, se me quitó todo. Vi que la gente respondía, llenábamos el local todos los días con la capacidad que nos permitían tener, respetando los aforos asignados por las autoridades. Ahora seguimos llenando casi todos los días, el público se ha acostumbrado a reservar con antelación. Eso si, tenemos todas las medidas de higiene posibles para mantener la seguridad y separación entre las mesas. Creo que si entre todos ponemos un poquito de interés en cumplir debidamente las normas, en Lanzarote vamos a estar muy bien.
Una vez abierto con la nueva normalidad, ¿cúal fue la actitud de los clientes?
Tenían muchas ganas de salir, la gente estaba eufórica por dejar atrás el confinamiento. Nosotros además fuimos de los primeros que abrimos en Arrecife y la verdad es que fue muy fuerte, incluso demasiado. Continuó todos los días y aún siguen muy ilusionados. En este sentido se cumplieron todas nuestras mejores expectativas.
¿Habrá sido muy laborioso y a su vez imagino que costoso, cumplir con todas las nuevas normativas?
Esto de entrada nos supuso una reducción muy importante del aforo del local, reduciendo la capacidad en un 50% de la que teníamos autorizada. Además, hemos tenido que incorporar una persona que se dedica exclusivamente a mantener desinfectadas continuamente todas las sillas, mesas y demás utensilios del restaurante, con una atención muy especial a la zona de los baños. Tenemos un control exhaustivo de la higiene, que obviamente nos ha generado nuevos gastos.
¿Han tenido que subir los precios de la carta para hacer frente a estos gastos e inversiones imprevistas?
Nosotros hemos asumido esos sobrecostes, no hemos aumentado los precios. Solamente hemos reducido levemente el número de platos de la carta para atender mejor a los clientes.
¿Cómo ves el preocupante tema de los rebrotes que se están dando cada vez en mayor número?
Es duro pensar en que es lo que va a ocurrir porque a nadie le gustaría volver atrás y tener que cerrar todos los locales otra vez, y más sabiendo ahora como se puede evitar. Hay que usar las mascarillas, extremar la higiene con los protocolos diseñados específicamente por los técnicos, respetar las distancias y evitar las aglomeraciones. Yo soy una persona que tengo mucha fe y creo que esto no va a durar toda la vida.
La restauración siempre ha ido por libre, pero ahora necesita realmente ayuda.
¿Cree que la administración y las instituciones han apoyado como deberían a la hostelería?
Hombre, yo siempre he visto que hay sectores que en cuanto tienen algún problema enseguida se le ayuda. La verdad es que a nosotros no nos ayuda nadie, pero si que agradezco lo que han hecho con los ERTE. Esto ha sido de gran ayuda para los empresarios y los trabajadores. Lo que no se es si eso luego tendrá alguna trampa, no sabemos si habrá letra pequeña, sólo con eso ya me quedo contento.
¿Qué consejo o recomendación darías a aquellos que todavía no han abierto y se lo están pensando?
La verdad es que para quitarse el miedo hay que abrir. Cada uno debe sopesar las oportunidades que tenga y si lo ve muy complicado aún, que espere un poquito. Pero el que medianamente pueda abrir será para intentar llegar finalmente a la normalidad. La hostelería tiene que estar y hay que seguir, esto tiene que continuar. Hay que crear trabajo y economía, porque sino entonces si que nos vamos al hoyo.
¿Podría ser este, el momento adecuado para retomar el controvertido tema de todo incluido y atraer un turismo de más calidad?
Hubo un tiempo en el que por parte de los hoteles se trabajó mucho por atraer al turismo de todo incluido. Yo no colaboré en ello. Si creo que es el momento, ha habido un corte, se ha suspendido todo así que borrón y cuenta nueva. Antiguamente a Lanzarote venía un turismo importante y no teníamos todo incluido. Ahora desde mi punto de vista eso estorba. Sería deseable que los hoteles que han estado cerrados vayan abriendo con la intención de ir descartando esa opción y con ganas de ofrecer unos buenos restaurantes a la carta en sus hoteles.
¿Cómo pueden ayudar los medios de comunicación a la restauración y que papel deben de desempeñar?
En este momento sería bueno hablar de una forma real y muy precisa del coronavirus. Dar información contrastada para hacer el menor daño posible, ayudando en lo que puedan a hacernos la vida más fácil y llevadera, menos penosa de lo que ya de por sí es.
Turismo nacional e internacional
Recuperar el turismo internacional es muy importante, hasta el punto que mayormente toda la isla vive de alguna manera de ello. El turismo nacional ayuda, pero no cubre para nada la oferta interna. También el turismo entre las islas se nota en esta época del año, todos los años lo hemos tenido y seguirá viniendo.
Sector primario – restauración - turismo
Yo creo que entre el sector primario y la restauración hay como una desconfianza. Piensan que los de los restaurantes nos hacemos ricos, pero a ellos les pagamos poco y viceversa. Creo que deberíamos reunirnos, porque no nos hemos juntado nunca. Existe como un recelo por ambas partes. Para solucionar esto tenemos que hablar más de los problemas entre nosotros. La comunicación directa es fundamental, ellos tienen que saber cuales son nuestras necesidades reales y nosotros las de ellos. Mas que nunca ha quedado demostrado que el sector primario, la restauración y el turismo debe ir de la mano.