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La vuelta al pasado del PSOE… y el truco del mago

 

La vuelta al pasado del PSOE

 

La inmediata petición de baja del Partido socialista del histórico militante Andrés Fuentes, nada más resultar ganador indiscutible de las primarias a Arrecife, José Montelongo, de quien había sido el principal valedor en todo el proceso electoral, sacó a la luz ante la opinión pública la fuerte crisis interna que atraviesa el PSOE conejero, que hasta hace poco era un secreto a voces. Pero sobre todo fue el inicio de una serie de noticias que en los últimos días han ido poniendo las cartas boca arriba y destapando la estrategia urdida por un minoritario grupo de presión dentro del PSOE, detrás del cual se esconden los intereses mucho más espurios de otros, entre los cuales se encuentran quienes se resisten a perder el poder de seguir dirigiendo la isla y aquellos que pretenden recuperar el gran negocio del que disfrutaron durante muchos años y que en parte han perdido en esta legislatura.

 

Tras la petición de baja de Andrés Fuentes, le siguió la del joven Fabio Montelongo, hijo del candidato que ha resultado holgado ganador en Arrecife, (por cierto con un amplio apoyo democrático de los militantes socialistas) denunciando los manejos de esta misma gente que pretende seguir gobernando desde las cafeterías sin que hayan resultado elegidos por las bases. Se trata de un grupo de intrigantes (muchos verdaderos socialistas los consideran advenedizos arrimados a las siglas de un partido con renombre), que funcionan a modo de “casta” intelectual superior dentro de la propia militancia socialista, compuesta por unos pocos que se quedaron muy descolocados tras el rechazo y severo correctivo que les infligió la población en las pasadas elecciones locales, pero que siguen queriendo tener controlado el partido… y la isla. Son los verdaderos perdedores, no sólo de las elecciones de 2011, con los peores resultados que se recuerdan de la historia del Psoe conejero, sino que ahora otra vez han vuelto a perder las primarias en la isla de Lanzarote. Dolores Corujo había ido consiguiendo poco a poco devolver a la opinión pública lanzaroteña, la confianza, la credibilidad y la imagen que perdió entonces el PSOE conejero. Pero ahora pareciera que el Partido socialista hubiera vuelto a cinco años atrás, un retroceso inexplicable en un partido que no sólo está desmotivado, sino que se encuentra en la incertidumbre de ver cómo mandan de nuevo los que consiguieron en la época de Espino y compañía convertir al PSOE en un partido aborrecido. Un estigma que con acierto y sensatez la nueva secretaria general del PSOE lanzaroteño, junto a José Juan Cruz Saavedra, habían logrado hacer olvidar.

 

Este grupo, en realidad unos pocos que quieren manipular a todo un partido y que han hecho de la lucha por el poder su modus vivendi, no quiere que Montelongo sea el candidato a la alcaldía de Arrecife, a pesar de que para ello haya saltarse la voluntad nacida de las primarias, y con ello, una de la ideas fuerza de las que más presumen los mismos socialistas: haber sido elegido democráticamente por las bases (hasta la propia Dolores Corujo tras todas las infor-maciones publicadas en Lancelot ya no escondió la estrategia en Lancelot TV: no sería conve-niente que un imputado sea candidato). De no producirse un viraje rotundo de la militancia, Montelongo ya está fuera de la candidatura. Tiempo al tiempo. Es más, incluso a José Juan Cruz Saavedra, aspirante al Cabildo, que no es del gusto del sector que anda todo el día ma-quinando, no le quedará más remedio que ceder ante las “sugerencias” de este grupo; sabe que a estas alturas no puede complicársele su candidatura.

 

… y el truco del mago

 

Pero la gravedad de todo este asunto pivota en torno a dos asuntos de vital importancia: el Plan General de Arrecife y el nuevo Plan Insular de Ordenación de Lanzarote, dos documentos estratégicos clave para los intereses generales de la capital y de todo el conjunto de la isla que pretenden ser utilizados para puros intereses particulares. Por un lado, el colmo del dislate ha sido el tiro en el pie que se ha visto obligado a darse el propio Montelongo. Como concejal de urbanismo se ha visto obligado, según dicen presionado por este sector, a presentar una alegación al propio Plan General de Arrecife pidiendo ahora que la pieza del Islote del Francés sea pública, cuando se ha pasado toda la legislatura defendiendo la propuesta de Gesplán de dar un uso urbano a una parte de esos terrenos. Una imposición que les puede costar a las arcas municipales unos 100 millones de euros de indemnización a la propiedad (sin contar con los millones y millones que habría que desembolsar de dinero público para hacer lo que todavía ni se sabe que habría que hacer en esa pieza). Esa cantidad desorbitada de dinero de todos los vecinos de la capital es algo que iría claramente en contra de los intereses generales de los arrecifeños, pero sí podría favorecer los intereses particulares de unos pocos en años y años de retrasos y modificaciones varias del planeamiento.

De hecho, es la misma táctica usada con el Plan Insular. Como ya hemos incidido desde Lance-lot Medios en numerosas ocasiones, nadie entiende a estas alturas la estrategia de demorar todavía más la aprobación inicial del PIOL, por muchos argumentos y explicaciones infundadas, inexplicables e incomprensibles, desde el punto de vista del interés general, que insisten en repetir. La aprobación inicial del PIOL sólo conllevaría beneficios para el conjunto de la isla y favorecería los intereses generales de Lanzarote. Sin embargo, marear la perdiz con el documento retrasando su aprobación, no sólo lo están usando como arma arrojadiza electoral, sino también para intentar controlar el documento, que es en definitiva de lo que se trata. La estrategia es indecente, en cuanto que perjudica el interés general, y no tanto por los intereses particulares que en realidad defienden, que podrían ser hasta legítimos si no perjudicaran al resto de los lanzaroteños para conseguir lo que ellos, que son unos pocos, ambicionan para sí.

 

Es un burdo engaño, como el que utilizan los magos en sus actuaciones teatrales, un truco muy convincente y muy hábilmente diseñado, pero al fin y al cabo, una artimaña. Lo han hecho durante muchos años y pretenden seguir haciéndolo: mientras mantienen entretenida y enredada a la opinión pública lanzaroteña, muy sensible con los temas medioambientales, en la madeja de los argumentos repetidos hasta la saciedad en torno a la pretendida defensa del territorio, del supuesto ecologismo y de que son ellos los que se erigen en defensores de los especuladores malísimos que quieren destruir la isla, desvían la atención de lo que se esconde verdaderamente detrás: controlar los planeamientos urbanísticos para las ansias de influencia y poder de unos y de los intereses económicos de otros. En cuanto el truco se descubre ya no engañan a nadie. La isla de Lanzarote es la que merece otro destino y no podemos volver atrás. Hay que desprenderse de los lastres que han impedido que en los últimos diez años la isla no haya podido avanzar.

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