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80 millones estratégicos para los puertos de Lanzarote


Tras muchos años de retrasos, parece que por fin a lo largo de esta legislatura será una realidad que Lanzarote cuente con unas nuevas y mejoradas infraestructuras portuarias largamente demandadas por los principales agentes insulares, en orden a dotar a esta isla de una red de comunicaciones marítimas modernas y competitivas, a la altura de lo que exige ya nuestro movimiento anual de pasajeros y mercancías.

 

Por un lado, se destinarán cerca de 28 millones de euros a la obra de la ampliación del Puerto de Arrecife. Se pretende con ella la regulación del oleaje de la dársena interior, para proporcionar unas mejores condiciones a los buques que lleguen al puerto capital de la isla, lo que permitirá la mejora de la operatividad del mismo y contar con la infraestructura adecuada que posibilite aumentar el número de escalas de cruceros en Lanzarote. Por otro lado, el demandado nuevo puerto de Playa Blanca, con una inversión cercana a los 44 millones de euros (sin contar la licitación de la parte deportiva que rondará los 8 millones de euros), podrá acoger pequeños cruceros, además de suponer un claro espaldarazo al transporte interinsular de mercancías y pasajeros, proporcionando también dotaciones adecuadas para embarcaciones pesqueras y de recreo

 

No de puede pasar por alto que ambas inversiones suman cerca de 80 millones de euros, que se tienen previsto invertir en un periodo de tres o cuatro años, destinados a la mejora y nuevas dotaciones de los dos principales puertos de Lanzarote. Para hacernos una idea, 80 millones es casi el triple de lo que destina el Gobierno de Canarias en un solo año al conjunto de inversiones para la isla de Lanzarote. Se trata de una cifra ingente nada desdeñable que, por sí sola, no solamente da cuenta de la importancia y el calado de estas inversiones para el futuro de un área estratégica insular como son las comunicaciones marítimas, sino que debe hacer reflexionar por la considerable actividad económica que van a generar las obras y el movimiento empresarial que se va a crear alrededor de las mismas, lo que supondrá una importante inyección de dinamismo para la economía lanzaroteña.

 

Si todo sale según lo previsto, ambas obras podrían comenzar este mismo año. Una oportunidad histórica que supondrá un salto cualitativo de gran magnitud para el transporte y las comunicaciones de Lanzarote no sólo entre islas sino también con el resto del mundo, en una isla acostumbrada a la lentitud y a avanzar con el freno de mano puesto en muchas de sus sectores generadores de movimiento y riqueza económica. Hay que tener muy presente que las nuevas infraestructuras portuarias supondrán un avance de proporciones inestimables para el desarrollo y el futuro de esta isla. En este sentido, Lanzarote se juega mucho en los inminentes próximos cuatro años.

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