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Un mundo de mojigatos y de calimas perpetuas

 

  • Josechu Armas
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    No hay dudas de que el cambio climático nos acecha detrás de cada acto cotidiano. El motor de gasoil de nuestro todoterreno, la cafetera tipo “George Cloney”, la carga del móvil, del ipad…. La vitrocerámica.

     

    Nuestro mundo es energía, sin ella no vamos a ninguna parte, y si no recuerden la última vez que se quedaron sin luz, ya no tenemos velas en casa y hasta las pilas de la linterna recargables se habían gastado.

     

    Toda esta dependencia ha cambiado el rumbo meteorológico del planeta, y no es que sea malo para la tierra esto del antropoceno, a ella le da igual, básicamente es malo para nosotros.  El impacto global que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas terrestres llevará a la especie humana a territorio desconocido en poco tiempo.

     

    Ya vemos algunos resultados, tormentas torrenciales nunca vistas en Alemania, calimas durante meses y meses en el Sahel que llegan desde el norte a Canarias, ciclos de huracanes cada vez más seguidos debido al calentamiento del Atlántico, tifones radicales en el pacífico, y según los científicos todo está empezando, en unas décadas el calor hará de motor migratorio para cientos de millones de personas.

     

    Visto lo visto, en Canarias los ecologistas plantean restricciones a la instalación de renovables.  En los últimos tiempos una reacción un tanto mojigata aprovecha un error del gobierno anterior en la instalación de parques eólicos en Fuerteventura (demasiado cerca de un núcleo urbano en Puerto del Rosario) para solicitar que la instalación de renovables debe “contribuir a conservar y enriquecer la biodiversidad y al conjunto de la población garantizando el acceso de la ciudadanía a los bienes públicos, como los recursos energéticos renovables, y que el despliegue renovable debe realizarse sobre la premisa de que, sin una selección adecuada de su ubicación y dimensiones, las instalaciones pueden afectar de forma severa a la biodiversidad”.

     

    Todo esto que es una perogrullada como una catedral lo contempla la Ley Energética y la Ley del Suelo de Canarias, pero la maquinaria ¿ecologista? Ha dictado su sentencia y ya el Cabildo majorero plantea cortapisas a las renovables con un Plan Especial para controlar “el paisajismo” de las mismas.

     

    Mientras You Tube me dice que me pone una restricción de edad porque hace unos días vi uno que se titulaba “para hacer bien el amor hay que venir al sur”… Rafaella hubiera dicho a los ecologistas y a los de you tube… ¿really George?

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