Primar el territorio y un Estatuto para todas las islas
Por Antonio Coll
La disyuntiva de la triple paridad quedó resuelta cuando Jerónimo Saavedra era presidente del Gobierno de Canarias. Con elegante acierto, el político canario primó el territorio, antes que el número de habitantes de cada isla. La ecuación es muy sencilla de entender. A la hora de los presupuestos generales, ha de contemplarse inversiones de infraestructuras, independientemente de los residentes que habiten en cada una de las 7 islas del archipiélago. Canarias tiene que repensar su futuro y no olvidarse nunca que al ser un territorio fragmentado, vivir en las llamadas islas periféricas, el coste de la vida, en todos los ámbitos, es muy superior a los habitantes de las islas de Gran Canaria o Tenerife. Esta premisa es de vital importancia porque de lo contrario, se obliga a buena parte de los residentes en las islas menores, con poder adquisitivo bajo y medio, a sobrevivir e impedir a muchas familias a que sus hijos puedan estudiar en las dos universidades de Las Palmas y La Laguna. Por otro lado, tenemos que pagar una cesta de la compra con más sobrecargo. En definitiva, vivir en las islas no capitalinas, supone más dificultades y la crisis económica desde el 2009, acentuó los problemas y creo intensa inestabilidad en el empleo. Sobre todo en sectores boyantes como la construcción y anexos. Tenemos que potenciar las escuelas profesionales para que nuestros jóvenes puedan tener una formación, adecuada a la demanda actual del mercado laboral. También aumentar las ayudas a los jóvenes que opten por estudiar fuera de su isla natal. Es la única forma de crear nuevas oportunidades no solo en los puestos de trabajo sino crearle ilusión y optimismo a las nuevas generaciones cara al futuro.
Por otro lado, la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias, tan necesaria desde hace mucho tiempo, por fin se está tramitando desde el martes pasado, en el Congreso de los Diputados. Yo solo espero que el texto final aprobado, sirva para mejorar el status adquisitivo a todos los canarios y residentes, independientemente, al lugar donde viva. Entre las diferentes cuestiones de importancia se encuentra la reforma del régimen electoral que, por encima de todo, debe de garantizar las singularidades de las islas y plasmar un sistema de financiación permanente para las cinco islas con menor número de habitantes. No podemos permitir que los dirigentes políticos de Gran Canaria y Tenerife, sobre todo de algunos que hacen gala de insolidaridad y avaricia, como estamos comprobando últimamente. El ejemplo lo tenemos en Lanzarote que, aún siendo la tercera isla que más aporta a las arcas de la comunidad canaria, es siempre discriminada y atropellada, en el reparto de la tarta económica autonómica. El Estatuto tiene que contemplar una política de inversiones y reparto, según las necesidades de cada isla, pero se ha de fijar y asegurar inversiones mínimas, sin que se tenga que negociar cada año, cuando se aprueba los presupuestos generales en el Parlamento de Canarias. Espero que para el próximo año, 2017, Lanzarote, recupere la solvencia perdida y se inicie una etapa y trayectoria más estable, con empresas más fortalecidas y los más desfavorecidos, encuentren el sendero para vivir una vida digna y se sientan orgullosos de vivir en su isla.
La triple paridad no se puede romper. Sería un suicidio para las islas periféricas. La “Carta Magna” de los canarios ha de ser equitativa y solidaria para todas las siete islas. El denominado “Eje Oriental”, conformado por Lanzarote y Fuerteventura, se ha de fortalecer y plantar cara, para conseguir que las justas aspiraciones de sus habitantes, no se vean perjudicadas por la clase política que toman decisiones, en el ámbito autonómico. Que la esperanza, sea la estrella que nos ilumine y nos levante el optimismo cara el 2017.
En estas entrañables fiestas de Navidad, ¡Felicidades! a todos los que viven en este territorio atlántico, fragmentado por islas. Que el Estatuto reformado y solidario, sea el mejor regalo de Reyes para todos los canarios y residentes.
