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Populismo y mentiras

 Francisco Pomares

 

El presidente Torres se despachó a gusto ayer, calificando de populista y propia de “alguien que sabe que se va a ir a la oposición” la oferta de rebajas fiscales, que el martes anunció Fernando Clavijo en un encuentro organizado por La Provincia en Las Palmas. Clavijo se comprometió a aplicar una rebaja de dos puntos en el IGIC, llevándolo al cinco por ciento, a dejar en tipo cero el impuesto de Sucesiones y Donaciones, deflactar el tramo autonómico del IRPF para combatir la inflación, y a eliminar el impuesto a los combustibles en La Palma, La Gomera y El Hierro y bonificarlo hasta la mitad en el resto de la región. Una propuesta de rebaja fiscal ambiciosa, que Torres calculó ayer provocaría un impacto de mil y pico millones en el Presupuesto regional. Mil millones son –millón más, millón menos- el diez por ciento del actual presupuesto, un enorme impacto en el gasto. 

 

Torres considera que ofrecer esa rebaja fiscal es una propuesta populista, porque “no dan los números”, y que lo único que pretende es arañar algunos votos. El presidente se pregunta lo que implica tener mil y pico millones menos de ingresos fiscales. Y se contesta que eso significaría no seguir con las escuelas infantiles, reducir docentes y sanitarios, y poner en riesgo las políticas sociales que necesita Canarias: en educación, en sanidad, en servicios básicos, en la dependencia… Torres no explica cómo se gestionaban esos asuntos cuando había mil millones menos en el Presupuesto de los que hay en este 2023. Tampoco explica que esa situación no es tan antigua, no es de cuando gobernaba el populista Clavijo. Canarias se administró con mil millones menos hasta hace tres meses, cuando el Gobierno regional presupuestó ingresos por 10.180 millones de euros, un doce por ciento más de lo que se presupuestó para 2022.

 

Quizá Torres, que es de letras, no ha caído en la cuenta de que en los años que van desde que el Gobierno de las flores aprueba su primer presupuesto, -el de 2020, con 8.066 millones si no se cuenta el gasto financiero- hasta hace menos de tres meses y medio, el Gobierno que preside carecía –según sus propias palabras y cuentas- de los recursos necesarios para cumplir sus compromisos electorales en educación, sanidad, servicios básicos, dependencia…

 

Calificar de populistas a los demás es un arma de doble filo: una de las técnicas más usadas por el populismo es la distorsión de la verdad, la presentación de verdades que no lo son, el uso de ideas cuyo objetivo principal es meter el miedo en el cuerpo de la gente. En su diserto sobre el desastre al que se enfrentaría la sociedad canaria si se redujeran en un diez por ciento los ingresos presupuestarios de Canarias, Torres no nos dice la verdad. No nos dice que hasta que su consejero de Hacienda (ése que reconoció en sede judicial no tener ni idea de economía y finanzas) subió este año un doce por ciento la recaudación fiscal, su Gobierno se las apañaba con mil y pico millones menos. Lo que propone Clavijo no es desmantelar el Estado de bienestar, hacer desaparecer los impuestos, favorecer a las clases pudientes o cerrar las escuelas infantiles. Es tan sólo recaudar lo mismo que Torres recaudaba hasta este Presupuesto de año electoral.

 

Por cierto, que lo importante del Presupuesto no es solo lo que se recauda, también lo que se gasta. Y especialmente en inversión, no en gasto corriente. Porque es mucho más fácil gastar en pagar sueldos que hacerlo en obras y trabajos que hay que decidir, diseñar, licitar y adjudicar. La gestión de un Gobierno no puede medirse sólo en la capacidad de recaudar, o de pagar salarios a los funcionarios, sino en la de invertir y gastar el dinero en mover la economía. Y ha sido el Ministerio de Hacienda -poco sospechoso de querer fastidiar al Gobierno regional mostrando a todos su incapacidad- quien reveló hace unos días que Torres y Rodríguez no ejecutaron en 2022 hasta 616 millones y medio de euros, todos ellos en inversiones.

 

Pero no hay que dejar que la realidad te cambie el discurso: Román Rodríguez alardeó hace unas semanas de que su floral Gobierno había ejecutado en 2022 más de un 81 por ciento de los recursos para inversiones. Hizo mal las cuentas, dejando fuera el dinero real de que dispuso durante el pasado ejercicio. Si se contabiliza todo el dinero, la ejecución cae por debajo del 65 por ciento. Y si se trata de inversión real o directa, la cifra se hunde aún más: por debajo del 60 por ciento.

 

De cada diez euros se dejaron 4,33 euros sin gastar.

 

Populismo es también falsear la verdad. Mentir es populista.

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