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La inutilidad del blindaje

Francisco Pomares

 

El Parlamento aprobó ayer la creación de una comisión que realice una “reflexión profunda” sobre la próxima reforma del REF, en la que se ha de incluir, además de la revisión y actualización de sus herramientas económicas y fiscales, el definitivo blindaje de la ley, para que el Estado no pueda volver a violarla. En realidad, la propuesta de blindaje quedará, muy probablemente, en otro brindis al sol, de esos a los que tanto nos tienen acostumbrados los padres de la patria: el REF siempre quedará -en la jerarquía de las leyes-, por debajo de los Presupuestos Generales del Estado. Una ley canaria ya puede decir misa, que si el Congreso decide aprobar unos presupuestos restrictivos, aquí nos los tendremos que comer con papas y poniendo encima buena cara.

 

Lo más golfo del asunto es que la creación de una comisión parlamentaria para que reflexione profundamente sobre como asegurar el REF frente a los caprichos o necesidades del Estado, haya sido presentada conjuntamente por el PSOE canario y Nueva Canarias, dos partidos que compartieron Gobierno hasta hace unos meses, pero no siempre compartieron posturas cuando de defender el REF se trataba. El refuerzo de las cautelas en el sistema para la reforma del REF, establecido en el artículo 167 del Estatuto de Autonomía, ya anclaba el REF a una ley orgánica del bloque constitucional, estableciendo con ello lo que parecían ser garantías suficientes para su respeto y cumplimiento. Pero en junio de 2021, el Gobierno Sánchez demostró que no hay garantía que valga, vulnerando el REF en una ley estatal, un proyecto de lucha contra el fraude, que incluía torticeramente una disposición sobre deducciones al audiovisual en Canarias, que recortaba el ochenta por ciento de diferencial en el Impuesto de Sociedades, contemplado en el fuero canario.

 

No fue esa, desde luego, la primera ocasión en la que Hacienda se vacilaba del REF –hay censados entre seis y quince casos, según las fuentes-, pero la negativa a considerar siquiera la posibilidad de una rectificación vino de demostrar que de lo que se trataba era precisamente de un desafío al fuero canario perfectamente consciente y sin duda premeditado. Ese desafío acabó por pasar factura al Gobierno regional, dividido por primera vez desde el inicio de la legislatura, porque tanto el hecho mismo del recorte fiscal, como el procedimiento –la tramitación de una ley que afectaba al REF sin previa comunicación a Canarias- enfrentó a un PSOE que acató la disciplina partidaria y votó en el Congreso el recorte de la ministra Montero, y el resto del Gobierno, incluyendo a Noemí Santana, que fue convencida por viceRodríguez de cambiar su tradicional posición de desprecio a la ley y pasarse a las filas fueristas. Las cosas se pusieron feas cuando Sánchez aprobó el recorte en un decreto-ley, mientras la consejería de Hacienda del Gobierno emitía un informe contra la modificación. Acuciado por la posibilidad de una crisis en su propio Gobierno, Torres acabó por renegar de Montero y apoyar sin mucho entusiasmo el informe negativo del Parlamento de Canarias, aunque eso no evitó que el Gobierno del que hoy es Ministro mantuviera su criterio en la votación parlamentaria.

 

Torres logró suavizar el impacto, hizo lo que suele, que es repicar y estar en Misa, y con el paso del tiempo, Sánchez ha aceptado eliminar cualquier límite a las ayudas fiscales al cine, una actividad económica que el año pasado dejó en Canarias 224 millones de euros de inversión y creó más de 15.000 puestos de trabajo.  

 

¿Por qué ahora sí y antes no? Pues no porque la ley esté o vaya a estar blindada, sino porque Sánchez quiere contar con el solitario voto de Valido, más ahora que los enanos del circo se le vuelven fieras.

 

La propuesta de crear una comisión parlamentaria para reflexionar sobre el REF sólo significa pagar más dietas a más diputados, más gasto sin sentido. Madrid seguirá torpedeando el REF cada vez que le convenga y se lo pueda permitir, y lo respetará en la medida en que el voto de los diputados canarios lo exija. El Congreso hará lo que mande el Gobierno, porque la separación de poderes entre Congreso y Gobierno es hoy un desiderátum, no una realidad.

 

Pocas cosas hay más blindadas en este país que la Constitución, y la estamos cambiando por la vía de los hechos consumados, y con el aplauso cómplice de los mismos diputados canarios (y del resto del país) que hace dos años aplaudieron ciscarse en el REF.

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