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La Caverna

Por Álex Solar


Platón imaginó una caverna como metáfora o alegoría que explicara las dificultades de concebir el mundo a través de los sentidos y no la racionalidad. En esa gruta había unos hombres aherrojados desde su nacimiento y que percibían solamente unas imágenes proyectadas por una hoguera a sus espaldas con la complicidad de unos personajes que sujetaban figuras de animales y flores.

 

La realidad sensible e inteligible, la verdad, son entelequias complicadas y a eso me dedicaba en el artículo anterior, la semana pasada. Puede ser que pueda pensarse que es un ejercicio retórico e intrascendente y así me lo ha manifestado alguien que, al parecer, se cree en el dominio de la verdad y la razón.

 

Ante los últimos acontecimientos de la escena política en nuestro país, me vienen a la memoria las enseñanzas de filósofos o pensadores del último tiempo, que nos advertían de las engañosas formas de la transición o régimen del 78. Antonio García Trevijano, Gustavo Bueno y Rafael Sánchez Ferlosio coincidían en que el franquismo solo se metamorfoseó y que los mismos poderes fácticos, incluida la monarquía, han seguido rigiendo como antes el mismo sistema que padecemos. Todos estos hombres sufrieron en sus carnes la represalia de tirios y troyanos, de la misma manera que decía Platón que los cavernícolas de su famoso mito reaccionarían de saber lo ocurrido por un emisario liberado que hubiera visto el exterior. Lo tratarían de loco y simplemente no le creerían.

 

El bochornoso espectáculo retrasmitido en vivo y en directo desde la sede de Ferraz demuestra que pocas cosas han cambiado en realidad. Siguen las duras polémicas y escisiones en el interior de la socialdemocracia como en los tiempos de Don Pablo Iglesias Posse y el Isidoro de Suresnes cabalga de nuevo como un envejecido Saturno  parricida,  ganando batallas después de su presunta defunción política. Lo cierto es que la caverna con sus habitantes sigue allí, como el dinosaurio del cuento de Monterroso.

 

Viví una dictadura en Chile, sin garantías de ningún tipo, y rogaría que nadie se confundiera pensando que comparo este tipo de régimen con una democracia que, a pesar de sus imperfecciones sigue siendo el mal menor. Pero eso no invalida a mi juicio que Bueno y los demás que menciono, aguijones de conciencias dormidas de la ciudadanía cavernícola, tengan mucha razón. En una de sus postreras entrevistas, el sabio calificó a la Constitución del 78 como “una cosa para salir del paso hecha por gente que no sabía”. y su diatriba se extendió a la democracia (“la democracia de Pericles era una democracia de esclavos”). Más radical aún es García Trevijano en su negación de la libertad política en España, que llega a decir que Podemos es la nueva Falange. No hay para tanto.

 

Pero yo me quedo con Platón. Vivimos en la caverna y nos engañan como a críos.

 

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