La butifarra catalana
Ya tienen su juguete los catalanes que lo querían, otros no. La Ley de Amnistía. Aquel (Puigdemont), que se fugó de España escondido en la maleta de un coche, ya tiene su butifarra para cortar a gusto. Una butifarra que deja un país roto, donde será difícil llegar a acuerdos. Y todo para que un político acosado por sus socios, pueda seguir en su palacete Moncloesco. La Ley de Amnistía es un tema caliente desde que se formó el Gobierno de Pedro Sánchez.
A la vista de los resultados de las elecciones de julio del año pasado, el PSOE necesitaba los votos de los partidos nacionalistas para formar gobierno y la aprobación de una ley de amnistía era una condición indispensable de los partidos nacionalistas catalanes para apoyar la investidura de Don Pedro. Blanco y en botella...
Y lo curioso y realmente paradójico es que hasta el propio Pedro Sánchez y destacados dirigentes socialistas se pronunciaron en contra de la amnistía. Pero llegado el caso, había dos posibilidades, la formación de un gobierno del PP en coalición con VOX, o pactar con los nacionalistas. Salió la segunda suma y aquí tenemos la butifarra catalana…de hecho el Presidente Sánchez ni dio la cara hablando en la votación.
No quiso decir ni una mu, sobre la ley que mantiene a su gobierno que no gobierna. No fuera a convertirse (una vez más...) en esclavo de sus palabras. A partir de ahora, como dicen los toreros, “que Dios reparta suerte”. La vamos a necesitar para que una fisura, no se convierta en una fractura de hueso abierto. En el fondo, creo yo que el gran ganador de esta ruleta ha sido el Puigdemont. Huyó , como buen asaltador de trenes, y dejó a sus compañeros de partido encarcelados mientras él disfrutaba en Bélgica de buena vida y con un sueldo bien calentito. ¿Quién da más...? La suerte está echada.