PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

José Manuel Fiestas, algo más que un ingeniero industrial

Jorge Coll

 

En el año 89 acudí como periodista del semanario Lancelot a entrevistarlo a la sede de Inalsa, en la calle Triana de Arrecife, como responsable de la nueva empresa pública del agua que recomendó crear el entonces presidente del Cabildo de Lanzarote, el centrista Nicolás de Paiz, para modernizar y agilizar la gestión del antiguo Consorcio Insular del Agua. Entré en su despacho sobre las 10 de la mañana y lo primero que me sorprendió fue su mesa vacía. No tenía ni un papel encima de ella. Acostumbrado a entrevistar a políticos en sus despachos, y ver sus mesas llenas de carpetas, folios, expedientes, le pregunté ingenuamente si no tenía nada que hacer, en su nuevo cargo de consejero delegado de Inalsa, ya que tenía la mesa vacía. “Eso significa que todo el trabajo ya está hecho. Normalmente la gente cree lo contrario. Cuando ve una mesa cargada de papeles y carpetas cree que trabajas mucho y realmente es que no eres capaz de sacar el día a día", me contestó tranquilamente José Manuel Fiestas Coll que, el lunes, 21, mientras la mayoría de Lanzarte estaba disfrutando del carnaval fallecía en Arrecife, tras soportar dignamente hasta el final un doloroso Alzheimer, la enfermedad que todavía no tiene cura y cada vez afecta a más mayores.

 

La eficiencia, el pragmatismo, la cercanía, el buen humor y la empatía con el otro eran las virtudes de este ingeniero industrial lanzaroteño, miembro de una familia numerosa, que acertadamente el presidente del Cabildo, José Ramírez Cerdá, contrató para llevar la oficina técnica en la que estuvo como jefe hasta su jubilación, tras algunas etapas de excedencia. Todos los presidentes de cabildos, fueran de la formación política que fuera, lo querían a su lado porque sabían de su fidelidad al trabajo bien hecho. Era una garantía de eficiencia. Su labor en la modernización del ciclo del agua de Lanzarote fue fundamental. José Manuel fue elegido consejero delegado y gerente del Consorcio del Agua de Lanzarote en el año 1987, creando Inalsa en 1989 y terminó su singladura en el año 1993 con la conclusión de Parque Eólico de los Valles cuando el presidente del Cabildo era el popular y polémico Dimas Martín.

 

La importancia de su estancia en Inalsa no fue menor. En esos pocos años consiguió, según me recuerda su amigo y técnico del Consorcio del Agua, Juan Antonio Morales, modernizar los sistemas de desalación pasándolos de sistemas duales de evaporación con un consumo de 14 KW por metro cubico producido a plantas de Osmosis Inversa con un consumo de 5,5kw/m3., lo que ahorraba más de la mitad del gasto de producción y disminuía la huella de carbono, ahora tan en boca de todos. Terminó de dotar de red domiciliaria de agua potable a toda Lanzarote. Hay que recordar que en 1987 increíblemente sólo tenían red domiciliaria los vecinos de Arrecife, Playa Honda, Fariones, San Bartolomé, Tinajo y Costa Teguise (urbanización que tenía su propia potabilizadora que luego se integró en el Consorcio del Agua). El resto de los pueblos y núcleos se abastecía con las famosas cubas. Fue el impulsor además de la instalación y puesta en marcha del Parque Eólico de los Valles, siendo una las primeras instalaciones de energías limpias en Canarias, por cierto que ahora está prácticamente parado.

 

También a José Manuel Fiestas se le ocurrió crear la embotelladora de agua Chafarí que sirvió para regularizar el precio del agua embotellada y que posteriormente sucumbió por la mala gestión política y las exigencias del nuevo mercado mucho más competitivo. Aguas Chafarí, que llegó a vender el 55% del agua embotellada (en garrafas de cinco litros) de Lanzarote, no sólo sirvió como empresa reguladora del mercado, permitiendo a los ciudadanos adquirir un agua barata, por debajo del precio de mercado, sino que se hizo para no tener que despedir a parte de los trabajadores que quedaron libres al sustituirse la vieja potabilizadora de vapor por las desaladoras de ósmosis inversas, ya que estas necesitaban menos personal para su mantenimiento.

 

Fue también en su época cuando se colocó la primera tubería de interconexión de Lanzarote a La Graciosa además del acondicionamiento de las Aljibes de las Aguadas con una capacidad de 1.800 m3 en Caleta del Sebo y que construyera el General García Escámez en la Octava Isla. Colocó el primer tramo de tubería de Maneje (Arrecife)hasta la fábrica Indelasa, también a su impronta se debe la instalación de las Plantas desaladoras de Inalsa Sur (cerca de Janubio en Yaiza) con una producción de 3.500 m3/Dia.  Bajo su dirección se puso en marcha una planta de Osmosis de 5000 m3/día con fondos propios del Cabildo en Punta de los Vientos y al poco tiempo se recibió otra planta de Ósmosis Inversa (la llamada Lanzarote III)  que recibió Lanzarote gratis, o mejor dicho que nos costó un par de buenas cenas con los responsables del Ministerio de Obras Públicas.

 

Y es que José Manuel Fiesta Coll era mucho más que un ingeniero industrial listo, eficiente y con visión de futuro. Fue el perfecto relaciones públicas que sabía ganarse la amistad de políticos y funcionarios de esos alejados ministerios madrileños que desconocían las necesidades de las islas. A veces muchos mojigatos e inexpertos que hoy sobreviven en la actividad pública no valoran ni saben lo importante que es cultivar las buenas relaciones y tocar las teclas adecuadas. Cuántos José Manuel Fiestas Coll se echan de menos hoy en Lanzarote viendo lo que vemos.

Comentarios (2)