El rasca, rasca de la política española
Por Antonio Coll
La mayoría de las formaciones políticas españolas con representación parlamentaria, en el Congreso de Los Diputados, siguen con su “rasca, rasca” particulares, en busca de un presidente de Gobierno. Con los “boletos adquiridos” en los primeros comicios del 20D, no obtuvieron premio. La “segunda vuelta”, celebrada el 26J, ha propiciado un panorama bastante similar, con la excepción del Partido Popular que alcanzó un premio electoral, pero no lo suficiente para conformar un gobierno estable para los próximos cuatro años. Y de nuevo, vuelven, afanosamente, a “rascar” en busca de un pleno para investir a un candidato. La realidad es que la nueva búsqueda tiene tintes de reescribir la misma situación acaecida después del 20 de diciembre. Y ya se está insinuando la celebración de unas terceras elecciones para el 27 de Noviembre. ¡A la tercera va la vencida! Por muy democrático que sea, el problema que veo es cómo justificarla. Porque un nuevo intento fallido, inevitablemente, producirá mucho rechazo, en gran parte del electorado y, por supuesto, funcionará el “voto de castigo”. La legitimidad de Mariano Rajoy de solicitar el apoyo para ser investido presidente se lo ha ganado a pulso, refrendado en las urnas, consiguiendo 52 diputados más que el líder socialista Pedro Sánchez que se coloca en segundo lugar. Algunos dirán que la aritmética es la esencia de la democracia; si es cierto, pero si empleamos esa actitud, el Reino de España sería ingobernable, porque plantearse conformar un gobierno alternativo con PSOE, UP y más el resto de la mayoría de formaciones políticas de ámbito autonómico, aparte de ser una ingenuidad, aunque posible, se percibe como “catastrófico” para los intereses del Estado Español. Usted puede echarle a un “potaje” todo lo que le venga en gana…Otra cuestión es si después puede “degustarlo” y tener una buena “digestión”.
El día 19 de julio se constituyen las Cortes y se prevé que el 2 de agosto arranque la correspondiente sesión de investidura y el día 3 se sabrá se hay acuerdo de gobernabilidad. En caso negativo, el periodo para una segunda sesión será de 60 días posteriores, fecha en la que se tendrá que conformar un gobierno porque en caso contrario, el Rey estaría obligado a convocar unas terceras elecciones para el 27 de noviembre. El mismo Rajoy lo ha dicho: “Si Ciudadanos se abstiene y el PSOE vota en contra, yo no puedo gobernar”. Solo podría hacerlo si el plan B se llevara a la efectividad. Es decir el Partido Popular (137) tendría que contar con C,s (32) + PNV (5) + CC (1) + Nueva Canarias (1). En total, este pacto contaría con 176 votos, mayoría suficiente. Sería un pacto muy beneficioso para la llamada “Agenda Canaria”. Ya veremos.
Yo puedo entender que el “líder” socialista, Pedro Sánchez, que aparenta tener cara de bueno, tiene una papeleta bastante comprometida para salvar su pellejo, principalmente ante los suyos. Si apoya al PP, dejaría de ser líder de la Oposición, concediendo gratuitamente ese papel al líder de PODEMOS, Pablo Iglesias y su “Brigada Lincoln”. Descartada su hipotética investidura, Pedro Sánchez, solo tiene una salida pragmática de salir ileso de la situación política “empedrada”, creada en las urnas, y solo pasa por el Plan B de Rajoy, convirtiéndose él en el autentico líder de la Oposición y esperar ganar tiempo ante los suyos y que la legislatura de Rajoy sea breve, máximo dos años. Tiempo suficiente para desgastar al ejecutivo popular y desplazar a los “brigadistas” de Unidos Podemos que también andan con su “patio” bastante enredado y con la brújula descontrolada.
El rasca, rasca de la política española y no de la ONCE, sigue en pleno juego y ya veremos que nos depara a partir del 19 de este mes, cuando se conformen las cámaras y se inicien las consultas de Felipe VI con todos los partidos políticos, con representación parlamentaria. Por ahora, el rasca no tiene premio, a pesar de que la cara de Mariano Rajoy está impresa en casi todos los boletos. Estemos o no de acuerdo con ella, las urnas sentenciaron el 26J.
Tampoco los políticos se tienen que poner dramáticos. Hoy elegido, mañana olvidado… Está intrínseco en la vida política y otros ámbitos. No obstante, no podemos jugar con fuego. La necesidad apremiante de elegir un gobierno es imprescindible para los presupuestos 2017, el déficit público y los compromisos del Estado con la Unión Europea. Alargar esta situación sería muy perjudicial para todos los habitantes del Reino de España y sus comunidades autonómicas. Para Canarias, fatal.