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Crónica del Alba... y del Pico

  • Santiago Negrín
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    Escribo esta Chincheta al Alba. Podría ser una “Crónica del Alba” como la inolvidable novela de Ramon J. Sender, y la no menos inolvidable historia de amor entre dos adolescentes: Pepe Garcés y Valentina. No acabaron juntos, casi ni les dieron tiempo a empezar, pero intuye uno que se quisieron siempre. Si pueden, léanla, vale la pena…una bella historia de amor en un pueblo aragonés, en 1911.

     

    Siempre me gustó escribir al amanecer. El silencio es maravilloso y las ideas están limpias. Digo todo esto porque este país, está querida España nuestra, necesita un amanecer limpio. No sé cómo lo van a hacer, si con nuevas elecciones o con algún mosaico de partidos mal rejuntados con argamasa blandita, pero el tema político es insostenible. Yo pensé que en algún momento, Feijóo y Sánchez, se iban a dar un “piquito”, besito institucional, por el bien de todos...

     

    Pero no habrá, ni acuerdo de “pico”, ni acuerdo de nada. Aquí, como dicen en tierras gomeras: “que cada cual cargue con sus pantanas”. Al Alba escribo (esperen que se me quema el café...ya volví), que a este país, de fiesta y pandereta le gusta más el morreo satisfecho del Rubiales y su “toca pelotudo”, que los escarceos sin amor de Sánchez y Feijóo. Tanto monta, monta tanto. 

     

    Rubiales, que no sabía yo que nació en Las Palmas, tiene pinta de chuletilla prepotente, venido arriba, y hasta medio lajilla si me apuran. De esos que funcionan a base del “aquí te pillo, aquí te mato”. Curiosamente su formación académica es impecable, abogado, licenciado en el CEU, Universidad Camilo José Cela y master en Dirección Deportiva, etc. etc.

     

    El pico de Rubiales es un tema de debate, sí, pero en este país tenemos otros asuntillos, que no son besitos, sino temas graves que afectan al bolsillo, con una falta de estabilidad institucional más que alarmante, una crisis económica, vía inflación, escandalosa, donde siguen saliendo violadores de la cárcel por una ley sacada de un cuento de horrores, entre otras perrerías. Pero ya ven,  el pico siempre es el pico y en el país de la pandereta, el pico es el rey. Aquí tienen la Crónica del Alba...o del Pico. Elijan ustedes...

     

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