Como el turrón por Navidad
Antonio Salazar
Los “canarios sin alas”, como el turrón, siempre vuelven a casa por Navidad. Es verdad que tras mucho quejarse de ser tratados como si no fuesen canarios y después de abonar precios elevados por sus billetes de avión. Parece razonable que así lo crean, no obstante son caros. Otra cosa es que quieran convencernos de lo que no es y planteen alternativas que pueden dañar al conjunto de los canarios.
La primera y más importante es que el Estatuto de Autonomía de Canarias establece quienes tienen la condición de canarios. Nacer aquí, incluso adorar las islas que nos vieron nacer, no son razones que se contemplen, se puede ser canario como el gofio y estar empadronado fuera que eso no otorga la condición política de canario. Hay que decirlo alto y claro: los canarios sin alas no ostentan la condición política de canarios. Puede ocurrir lo que a un señora que, viviendo en Madrid, y tras quejarse de los precios de los ticket para viajar dijo que no quería empadronarse en Canarias porque entonces perdería la ayuda a la vivienda -generosa- por vivir en la capital de España. Los incentivos importan.
Es cierto que el aumento de la subvención a los viajeros hasta llevarla al 75% ha repercutido en los precios pero esto no se soluciona topando lo que las compañías puedan cobrar o declarando obligaciones de servicio público. La fijación de precios tiene un indudable historial de fracasos y sorprende que siga gozando de popularidad. Más de 4000 años y no ha funcionado jamás. Lo que suele suceder es que ocurre lo contrario de lo que se pretende; si esos precios máximos son suficientemente elevados carece de importancia y si no lo son, las compañías pondrán sus aviones en otras rutas más rentables y sin tanto pejiguera dando la lata. Se puede no saber de economía, como dijera Rothbard, porque es una ciencia compleja y cabe entender a quienes no se manejan con soltura con ella. Lo que no es tan razonable es tener opiniones ruidosas y dar la murga permanentemente con errores que, de aplicarse, traerá más problemas que soluciones. Parece claro que los precios suben en épocas del año en que todo el mundo desea viajar y no hay disponibilidad para todos como ocurre lo contrario cuando no hay tanta gente deseosa de subirse a un avión.
Si los canarios sin alas desean viajar a mejor precio pueden celebrar que se ensanche la competencia y en ese sentido el anuncio de Binter del inicio de sus operaciones con Madrid es una excelente noticia. Porque lo que abarata los precios es la competencia, no la intromisión de políticos ignaros que desean agradar a todos, buscando soluciones a problemas mal enfocados que beneficiarán a quienes no le pueden votar.