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Carta viajera al ex presidente ZP

Por Antonio Coll

 

Le escribo esta carta viajera y veraniega, Sr. Rodríguez Zapatero, para agradecerle, personalmente, que haya elegido, nuevamente, la isla de Lanzarote para disfrutar, con su familia, las vacaciones de verano. De hecho viene sucediendo sus visitas desde que fue presidente del Gobierno del Reino de España, en las dos legislaturas anteriores  a la de Mariano Rajoy. También quiero destacarle su buen talante que demuestra, ante los residentes de la isla, en sus largas estancias, así como su gran interés por conocer las singularidades e interioridades de Lanzarote, al margen de las zonas turísticas más conocidas. Comparto su criterio de que: “el futuro de la isla es el futuro de la protección de la isla, de sus paisajes excepcionales, que deben ser preservados para sus hijos y los hijos de sus hijos…Ningún argumento económico puede anteponerse a este hecho”. (Texto literal de sus palabras). Cuando le digo comparto, es porque de hecho, Lanzarote,  es quizás, en proporción a sus kilómetros cuadrados, la isla más protegida del mundo. Quizás la influencia y visión futurista del artista y urbanista lanzaroteño, de proyección internacional, César Manrique, con la complicidad de las autoridades públicas de su tiempo, significó una conciencia colectiva para evitar un excesivo y desmedido desarrollo que convirtiera a Lanzarote en una zona turística masificada y del “montón”, como ocurrió en otras islas y en la costa del mediterráneo español. El  Premio Mundial de Ecología y Turismo y el  Europa Nostra, concedidos a Manrique, fueron reconocimientos por su obra y labor  medioambiental en la isla.  Por eso, también, Lanzarote es Reserva de la Biosfera y, recientemente, declarada GeoParque por la UNESCO.  

 

Yo comprendo, Sr. Zapatero, que determinadas amistades en torno al partido socialista, le hayan podido influir para hacer unas manifestaciones ambiguas y confusas que, en el fondo, están relacionadas con la nueva Ley del Territorio aprobada por el Gobierno de Canarias, con el beneplácito de los componentes socialistas en el ejecutivo. Pero como usted sabe, existen dos corrientes en el PSOE canario, ¡bueno, dos o seis!, y que ahora están en un tiempo de beligerancia, para el control del partido en las islas. Le expongo esta cuestión porque, la Ley del Suelo o del Territorio, que con algunos matices, es óptima para Canarias, está siendo utilizada con fines políticos, no de protección, porque la misma no contempla para nada ninguna modificación de los espacios protegidos, sino al contrario, facilita que se conserve los paisajes, ofreciendo a los agricultores, bodegueros y promotores turísticos, instrumentos legales para un mejor ordenamiento territorial, descartando la telaraña burocrática que se ha ido construyendo, al margen de las reales necesidades de la isla. Es imprescindible, porque los problemas suscitados no pueden estar permanentemente, como quieren algunos, en los tribunales de justicia.

 

Los argumentos económicos de la que usted habla, precisamente, son necesarios, porque, por ejemplo, para proteger el Paraje de La Geria, es necesario contar con las bodegas para que los viticultores sigan plantando las viñas y obtenga rentabilidad de su trabajo. No tema Sr. Zapatero, porque los agricultores, ganaderos e industriales de la isla son, sin saberlo quizás, los más ecológicos y protectores del campo. Así lo han demostrado, incluso antes de iniciarse el sector turístico, por los años 60-70. Son, precisamente, las normativas obsoletas las que pueden poner en peligro el singular paisaje de la isla, si los agricultores abandonan la tierra, como de hecho está sucediendo, sino se le ofrece facilidades y ayudas oficiales. En cuanto al motor económico de la isla, solo un 8% del territorio está dedicado a zonas turísticas, en tres núcleos destacados como es Puerto del Carmen, Costa Teguise y Playa Blanca. Otra historia es la de diversificar la economía para la creación de puestos de trabajo y que el sector turismo reparta más riqueza en toda la población.

 

Sr. Zapatero, quédese tranquilo y vuelva a Lanzarote, cuantas veces quiera, que siempre será muy bien recibido como un ilustre visitante. Atentamente y mis respetos.

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