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Apostar por una agricultura ecológica y saludable

Por Antonio Coll

 
Varios estudios, elaborados por la Fundación General de la Universidad de La Laguna, a través del Departamento de Biología Animal, Edafología y Geología, advierte que el uso de las aguas regeneradas para la agricultura en la Isla de Lanzarote, es fundamental llevar un seguimiento muy estricto de la depuración, con un control riguroso y permanente de la calidad microbiológica del agua para un óptimo control de calidad y variabilidad de los niveles de los parámetros físico-químicos. 
 
 
Para mejor comprensión sobre el estudio de los recursos hídricos, contacté con el perito agrícola lanzaroteño, Leandro Caraballo,  quien me explica que el agua regenerada, –a partir de las aguas residuales urbanas-, para el riego de los cultivos,  puede generar, si no se toman las medidas adecuadas, una serie de riesgos para la salud, si se exponen a una invasión de diversas colonias de bacterias patógenas. Incluso me indica, en la larga conversación, que: “algunos agricultores no consumen su propio producto” porque, paródicamente, tienen dudas sobre los posibles efectos negativos para  su propia salud,  además de los “malos olores” y sabores” que se impregna en los productos agrícolas.  Esto significa que las garantías saludables no se pueden avalar, a no ser que se tomen todas las medidas preventivas de riesgo, establecidas por el Ministerio de Agricultura. Circunstancia que, generalmente, no se cumple, al menos en su totalidad. No es mi intención alarmar a la población y, afortunadamente, solo se han detectado casos aislados,  sobre todo, en estanque de almacenamiento, circunstancia que se debe evitar y en el caso que fuese imprescindible, se tiene que aplicar tratamientos de desinfección. Sea como fuere, el agua regenerada que se suministra para los cultivos ha de tener todas las garantías potenciales saludables porque si por descuido o negligencia, se produjera una alarma sanitaria, por infección en los consumidores, a través de las bacterias llamadas “Escherichia coli”  y  “Enterococos”, las más comunes, sería una catástrofe para la imagen de Lanzarote y podría generar graves perjuicios al sector turístico,  por la incertidumbre que se crearía en la seguridad alimentaria de la isla. Como es bien sabido, los medios de comunicación, publican y exageran las malas noticias, porque atraen a muchos lectores, por lo que es conveniente y necesario  tomar medidas preventivas para evitar cualquier incidente, por muy menor que sea. 
 

 

Imprescindible la ayuda pública

 
 
Por otro lado, me indica Leandro Caraballo, que el agua regenerada suministrada a los agricultores de Lanzarote, contiene un exceso de sales perjudiciales que deterioran el suelo cultivable,  con el hándicap de que a medio y largo plazo, la posibilidades de convertirse en suelo improductivo son altas.  Tenemos que velar por un desarrollo agrícola sostenible, según indica el Estudio de la Fundación General de la Universidad de La Laguna: “pues ello supone una mayor diversificación de cultivos, mayor producción y rentabilidad”.  
 
 
El elevado valor paisajístico, cultural y patrimonial que supone nuestro sistema agrícola tradicional, en una isla que es Reserva de la Biosfera, es prioritario conservarlo, evitando por todos los medios,  el potencial riesgo de desertificación existente. Con la utilización de estas aguas regeneradas en agricultura, insisto, se deteriora el suelo, se deteriora la calidad del producto y supone un potencial  peligro para  la salud del agricultor y consumidor. 
 
 
Afortunadamente, una buena parte de  nuestros productos agrícolas ecológicos están muy bien valorados,  por su alta calidad.  Pero nuestras producciones son escasas,  con costes muy superiores a otras zonas agrícolas canarias y españolas, por diversos factores, entre ellos la escasez de lluvias y el alto precio del agua potabilizada. Por eso, es imprescindible que las autoridades públicas se impliquen y ofrezcan toda clase de ayuda económica, porque,  al final,  también se está contribuyendo a mantener nuestro espacio paisajístico singular, como atracción turística. 
 
Apostar por una agricultura ecológica, de calidad y saludable, es un valor añadido para una isla, declarada Reserva de La Biosfera y Geoparque.
 
 
Para terminar, quiero agradecer a Leandro Caraballo, director de Agrogueni, su inestimable colaboración para redactar el presente artículo, para mejor compresión de los lectores. 

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