Una auténtica cacería
No parece que les esté saliendo demasiado bien, al menos de momento, la especie de cacería política emprendida por sus principales enemigos contra el líder nacionalista Pedro San Ginés. Entre estos enemigos se sitúa una parte de Podemos y una parte del PSOE que están viendo como el expresidente va saliendo limpio de todos los cargos que se le han ido imputando. A finales de junio se conocía el resultado del juicio de la incautación de la desaladora de Montaña Roja, en el que salieron absueltos, tanto él, como los otros dos acusados. Pero no es solo que salieran absueltos, sino que la situación se volvió en contra de los propios denunciantes que fueron condenados a pagar las costas del juicio. Ha quedado por tanto demostrado que, en este caso, como en otros muchos, se sobreactuó, y lo hicieron tanto los denunciantes, como los medios de comunicación y partidos políticos que se sumaron a la caza de brujas.
Buenas intenciones
Es posible que hubiera cierta precipitación en la decisión y la forma de resolver el problema real que tenían los vecinos de Montaña Roja, pero se ha demostrado que nunca hubo mala fe, ni se hizo algo a sabiendas de que no podía hacerse. No hubo por tanto prevaricación alguna. El nacionalista actuó como lo hizo convencido de que era la manera de que todos aquellos que se estaban viendo perjudicados al pagar el agua hasta tres veces más cara que el resto de los lanzaroteños, podrían de esta manera igualar al resto su factura. Y lo consiguió: todos los vecinos de esa zona empezaron a pagar agua de calidad al mismo precio que el resto. Quedó además demostrado, así lo vio la justicia, que existió temeridad y mala fe en el comportamiento de los denunciantes, ya que, aunque ya se había retirado la denuncia por parte de los principales perjudicados y se había alcanzado un acuerdo que favorecía el interés general, siguieron adelante. Incluso siguieron adelante cuando la propia Fiscalía pidió el archivo del caso para que no llegara a juicio.