Pulso político entre Loli y Astrid
Los lanzaroteños, los ciudadanos normales, no pueden comprender la falta de entendimiento que existe entre las dos principales instituciones de la isla, el Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Arrecife en temas importantes para el interes general. Y es que no se entiende nada, todos tienen razón, pero no se escuchan porque, probablemente, lo que no quieren es llegar a un acuerdo. Eso es lo que al menos parece viendo las reacciones del Cabildo y de Arrecife. Más llama la atención de que este tipo de enfrentamientos se produzcan entre dos personas que, hasta hace escasos meses, gobernaban juntas y apostaban por hacerlo hasta el fin de los días. Pero, ¿cuál es ahora la polémica? El autocovid.
Falta de ganas
Lo cierto es que la alcaldesa de Arrecife, Ástrid Pérez, tiene todo el derecho del mundo a tratar de buscar las mejores opciones para organizar el carnaval capitalino en dónde siempre se ha celebrado. Tiene lógica que ante la inminente celebración del Carnaval busque mover el autocovid a otro sitio, o que se quede en la zona, pero en donde no impida la colocación del escenario carnavalero. No se trata de quitar nada, solo de hacer compatibles ambas opciones. Por otro lado, también se entiende que la presidenta del Cabildo, Dolores Corujo, trate de preservar la salud en tiempos de pandemia, especialmente cuando aún estamos saliendo, ya de manera más evidente, de la sexta ola. Lo que no se entiende es la negativa a reunirse y buscar opciones válidas para ambas partes. Más parece un diálogo de sordos. Da la sensación de que el Psoe cree que la postura de Arrecife va a quemar a Ástrid y por trata de vender que es capaz de desmantelar el autocovid por unas fiestas cuando estamos en pandemia. Los socialistas creen que la gente está a favor del autocovid y que ganarán el pulso en la opinión pública, muy sensible con la salud y la pandemia. Pero creemos, sinceramente, que debe haber entendimiento para que ambas cosas sean compatibles. Lo que nosotros creemos es que esta falsa polémica a quién perjudica es a los ciudadanos. Como decía un hombre del campo: “arreglen eso”.
