Por fin medidas concretas contra el uso indebido de instalaciones turísticas
No nos podemos acostumbrar a todo y desgraciadamente hasta hace apenas un año daba la impresión de que lo estábamos haciendo. El hecho que de vez en cuando circule una fotografía, o incluso un vídeo, de un turista haciendo algo que no está permitido se estaba convirtiendo últimamente en algo demasiado habitual. Cierto es que sigue tratándose de hechos esporádicos. Si de un millón de turistas que visita al año las Montañas de Fuego o el medio millón que recorre los Jameos del Agua, cuatro o cinco hacen algo indebido, como darse un ‘chapuzón’ en la emblemática piscina, no es una proporción demasiado relevante. Sin embargo, hablamos de un patrimonio histórico de los lanzaroteños que se debe proteger. Afortunadamente, en esta legislatura, el consejero de Turismo, Ángel Vázquez, lo ha hecho. Y los resultados ya se han notado.
Profesionales y señalética
Nunca es tarde si la dicha es buena, dicen, y así es. Vázquez ha tomado medidas para que un agente de seguridad se encargue de informar a los turistas y de evitar que ninguno de ellos se dé un baño en la piscina principal, ni mucho menos en la de los cangrejitos ciegos, como ha ocurrido en pasadas legislaturas. Esta misma semana, una mujer decidió refrescarse lavándose la cara en la misma piscina y sobre la marcha, este profesional le llamó la atención y le indicó además la señalética instalada en el centro en la que se deja claro lo que está prohibido hacer. Por mucho que nos parezcan cosas obvias a nosotros, lo cierto es que somos los responsables de poner límites a quienes nos visitan y de evitar que nuestro patrimonio resulte perjudicado. Nos parece una medida muy oportuna y esperamos que cunda el ejemplo y a nadie más se le ocurra la peregrina idea de darse un baño como si de una piscina municipal se tratara. Si se produce, la sanción consiguiente le quitará las ganas al próximo.