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La sentencia del agua

 

Ya era hora de que el Psoe de Lanzarote haya sido coherente con sus postulados ideológicos y sobre todo con lo que había defendido años atrás de manera casi vehemente. Se echaba de menos. José Juan Cruz Saavedra señaló en el Debate de Café de LANCELOT TELEVISIÓN que los socialistas no se pueden alegrar por la sentencia del TSCJ que permite la desalación de agua para autoconsumo a los hoteles de la isla. Viendo la reacción de sus medios palmeros parecería lo contrario. Parecería que el Psoe se ha alegrado de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias haya dada la razón a las empresas privadas que cuentan con desaladoras propias porque creen que eso perjudica a Pedro San Ginés. Poco les importa a esos medios de El Reducto caer en la contradicción de decir ahora todo lo contrario cuando defendían el agua pública y criticaban suciamente a las empresas privadas que tenían sus desaladoras. Pero ahora creen que esa sentencia que da la razón a Asolan (y por lo tanto a las empresas privadas turísticas) va contra la política de Pedro San Ginés y sobre todo contra Canal Gestión, que ya saben que es su obsesión. Por lo tanto si para “fastiadiar” a Pedro hay que fastidiar a Lanzarote, se fastidia. Así son y así se las gastan estas criaturitas de Dios.


Desaladoras privadas

 

La sentencia del TSJC suspendiendo la disposición transitoria del Plan Hidrológico de Lanzarote ha declarado nulo el artículo que prohíbe a cualquier empresa privada a producir agua sin el permiso del Consorcio del Agua, es sin duda un fuerte revés a la estrategia histórica del Cabildo. No se puede minimizar los efectos que tiene si finalmente el Tribunal Supremo la ratifica. Esa estrategia del Consejo Insular del Agua diseñada en su día para que en unos años toda la producción, distribución y venta del agua estuviera en manos exclusivas del Consorcio de Lanzarote, podría torcerse. La idea del “monopolio del agua en manos públicas “tiene muchos defensores, los cuales consideran que es lo mejor para los lanzaroteños. No negamos que haya elementos para defender el agua en manos públicas, pero no, precisamente, por el ejemplo que hasta hace unos años, hasta la llegada de Pedro San Gines, ha dado Inalsa a la sociedad lanzaroteña. Más bien todo lo contrario. La gestión política fue la que llevó a la empresa pública a la ruina y es lógico que haya oposición y se pongan en duda la viabilidad de la gestión del agua en manos exclusivas del Consorcio del Agua sin que corra riesgo la industria turística. Por ejemplo, si en aquellos años entre 2005 y 2007, no hubieran existido una treintena de desaladoras privadas, muchos de los hoteles hubieran tenido serios problemas de abastecimiento.

 

Mala imagen de Inalsa

 

En aquellas manos del Psoe y del PIL, Inalsa hizo agua y fue el hundimiento total de la empresa pública del agua que finalmente se tuvo que sacar a concurso para el bien de la isla. Por lo tanto, Asolan tiene todo el derecho del mundo a defender el criterio de la convivencia del agua pública con las desaladoras privadas para el autoconsumo. Hasta ahora la sentencia del TSJC les da la razón. Como es también razonable que el Presidente del Cabildo de Lanzarote siga creyendo que lo mejor para la isla es que no existan desaladoras privadas. El tiempo dirá pero por ahora va ganando la idea liberal de que en una Europa contraria a los monopolios públicos o privados se pueda impedir que un hotel pueda contar con sus potabilizadoras para su consumo. Como parece acertado que el Consejo Insular del Agua negocie con los “privados” acuerdos para convencer que lo mejor para todos es que sea el Consorcio del Agua de Lanzarote quien tenga el control absoluto de la producción y venta del agua. Pero para eso, no nos engañemos, esa sentencia juega a favor del empresariado turístico. Y no va a cambiar de idea ni negociar con el Consorcio del Agua en el futuro si se le sigue cobrando el agua a más de tres euros cuando ellos aseguran que son capaces de producir el metro cúbico en algo más de un euro en sus desaladoras. Es cierto que Asolan y el empresariado turístico con la sentencia del TSJC sólo ha ganado una batalla, pero una batalla que puede ser decisiva para la guerra. Al menos es lo que piensan ellos.

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