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Fallece Juan Rosa Perdomo, uno de los industriales ilustres de Lanzarote

 

Tenía 88 años de edad y creó de la nada, con mucho esfuerzo y trabajo, un emporio de empresas punteras en el ramo de la construcción y del turismo.

Vea el vídeo del pregón que dio en 2011 en las fiestas de San Ginés

 

Lancelot Digital

Fotos: Archivo Lancelot 

Vídeo: Lancelot Televisión

 

A última hora de este miércoles fallecía Juan Rosa Perdomo, a la edad de 88 años, tras una larga enfermedad, en su domicilio de Arrecife. Un duro golpe para su mujer Dolores Fernández y sus hijos Juan Francisco, Juan Jesús, José Miguel, Dolores y Oriol, a los que estaba muy unidos.

 

Juan Rosa está considerado como uno de los empresarios pioneros de Lanzarote en el mundo de la construcción, del comercio y del turismo, donde destacó rápidamente por su capacidad de trabajo y seriedad. De hecho, era uno de los empresarios más respetables de la isla. En los años 80 adquirió el Hotel Fariones, el más antiguo de la isla, el Hotel Lancelot y el Siete Islas en Madrid, entre otros negocios turísticos. 

 

Poco a poco creo un emporio de empresas que luego siguieron sus hijos, destacando sobre todo su hijo mayor Juan Francisco Rosa. quien es hoy uno de los empresarios más conocido de Lanzarote.

 

En el año 2011, Juan Rosa fue el pregonero de las fiestas de San Ginés de Arrecife, pregón que leyó una de sus nietas, Mónica Salces, y en el que recordó la escasez de los tiempos vividos durante su niñez y juventud en la isla. "Muchos lanzaroteños de mi generación casi no supimos lo que era ir de fiesta, ni de niños, ni de jóvenes, ni ya mayores. A quienes nos faltaba de casi todo, solo pensábamos en levantarnos todavía de noche, trabajar un día sí y otro también, y en acostarnos con la caída del sol. No había nada más que trabajar para vivir y vivir para trabajar. A las 3 de la mañana en planta y a la faena, incluyendo sábados y domingos, y a las 9 de la noche, a la cama".


El empresario recordó sus orígenes humildes y cómo gracias a las enseñanzas de su padre, Anselmo Rosa, que le inculcó que "hay que ser previsor y guardar para mañana y que lo ajeno, ajeno es”, consiguió superar con creces las dificultades económicas a base de trabajo. “Lo único que sé hacer es trabajar, que es lo que he hecho toda mi vida desde que era un niño”, dijo.


Juan Rosa relató los esfuerzos de su familia por salir adelante. "Mi padre era pobre, trabajador y serio. Era de tierra adentro y tenía espíritu de comerciante. Conservo el recuerdo de sobrellevar la pobreza con mucha dignidad. Comíamos poco, comíamos lo que podíamos y comíamos barato. No había otra manera de salir adelante". señaló, recordando que su padre compró un carro que tiraba un burro, con el que hacían "los mandados". "También recuerdo que mi padre alquiló un cuarto en La Destila y montó una tiendita en una época en que los alimentos estaban racionados. La familia Guerra nos vendía a crédito, y sacábamos para pagar a los albañiles para construir las primeras casas para la gente que venía del campo y se instalaba en Arrecife. Comprábamos pequeñas piezas de terrenos en los que construíamos las casitas y las pagábamos a medida que podíamos. Nada más que una habitación y la entrada. Luego, poco a poco se hacía el baño, la cocina…", rememoró. Su familia también hacía la cal y la transportaba "para la construcción", traía "agua de los aljibes de los pueblos de interior" y cantos y arena "para hacer terrazos".


Juan Rosa recordó entonces cómo montaron "la primera fábrica de bloques de la isla" y cómo la compra del Hotel Los Fariones fue su "primer salto hacia el turismo". "Y así, con mucho trabajo, salimos adelante". "Mi mérito, si alguno tengo, ha sido trabajar duro, tener el ánimo dispuesto y pasar sacrificios, como tanta gente en esta isla", apuntó en el pregón.

 

 

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